Los recientes ataques lanzados por Israel contra instalaciones en Irán han generado una ola de cancelaciones de vuelos por parte de aerolíneas internacionales, que optaron por suspender operaciones hacia y desde diversas ciudades de Medio Oriente ante el aumento del riesgo en la región. Las medidas afectan rutas clave y podrían extenderse si persiste la escalada del conflicto.
Aegean Airlines, de Grecia, canceló todos sus vuelos programados hacia Tel Aviv para el viernes 13 de junio. AirBaltic, por su parte, suspendió operaciones con la ciudad israelí hasta el 23 de junio. La aerolínea rusa Aeroflot también detuvo sus vuelos a Teherán e hizo ajustes en otras rutas de Medio Oriente. Air France y KLM optaron por cancelar sus vuelos a Tel Aviv hasta nuevo aviso y al menos hasta el 1 de julio, respectivamente.
La situación también llevó a aerolíneas de Estados Unidos, India y países del Golfo a tomar precauciones similares. Delta Airlines alertó que sus vuelos relacionados con Tel Aviv podrían sufrir alteraciones entre el 12 y el 30 de junio. Air India reportó desvíos y regresos a origen, mientras que Emirates, Etihad y Flydubai cancelaron vuelos hacia varios destinos de la región, incluyendo Irán, Irak, Jordania, Líbano y Siria.
El grupo Lufthansa suspendió todos sus vuelos hacia Teherán y evitó sobrevolar espacio aéreo iraní, iraquí e israelí. También se sumaron a estas medidas ITA Airways, Qatar Airways, Ryanair, AJet (subsidiaria de Turkish Airlines) y la aerolínea rumana TAROM. En muchos casos, las suspensiones se extenderán por varias semanas, siendo Ryanair una de las más prolongadas, con cancelaciones hasta el 31 de agosto.
La paralización del tráfico aéreo en esta zona estratégica refleja el alto nivel de incertidumbre que domina actualmente el panorama geopolítico, afectando no solo a los pasajeros, sino también al transporte internacional y a las operaciones logísticas en la región.
