La Resurgencia del Espionaje en la Era Digital
Las operaciones de inteligencia, que históricamente han sido parte fundamental de la guerra, están viviendo un renacimiento estratégico gracias a la integración de nuevas tecnologías. Ejemplos recientes incluyen las acciones de inteligencia israelí contra Hezbolá en Líbano el pasado otoño y los ataques de Ucrania a la flota de bombarderos estratégicos rusos, que han puesto de manifiesto cómo el ingenio humano, combinado con avances tecnológicos como drones y redes de comunicación mejoradas, puede alterar significativamente el rumbo de un conflicto. Según Eyal Tsir Cohen, ex director del Mossad, la tecnología actual amplía las oportunidades para identificar vulnerabilidades enemigas al permitir sortear barreras físicas que antes eran infranqueables. Sin embargo, Cohen también advierte que estas mismas tecnologías pueden empoderar a los adversarios, destacando que el éxito radica en la sofisticación de cada bando para explotar las vulnerabilidades del otro y en la competencia del factor humano que maneja la tecnología.
Casos de Éxito: Israel y Ucrania Demuestran su Capacidad
La operación israelí contra Hezbolá ilustra este nuevo paradigma. Mediante una estrategia multifase que incluyó la infiltración y la colocación de explosivos en dispositivos de comunicación de la milicia, se logró eliminar a gran parte de su liderazgo, incluido su líder Hassan Nasrallah. Esta campaña, fruto de años de trabajo de inteligencia, no solo debilitó a Hezbolá, sino que también contribuyó a la caída del régimen de Bashar al-Asad en Siria y a la disminución del poder regional de Irán. Por su parte, la operación ucraniana del 1 de junio, denominada «Operación Telaraña», atacó simultáneamente cinco aeródromos rusos, que albergaban bombarderos estratégicos. Utilizando drones ocultos en casas prefabricadas y transportados en camiones, Ucrania demostró su capacidad para operar profundamente dentro del territorio ruso, impactando cuatro de los cinco objetivos y destruyendo al menos doce aeronaves, lo que ha mermado gravemente la capacidad de Rusia para lanzar misiles de crucero.
Impacto Estratégico y Futuro de la Guerra Asimétrica
Ambas operaciones subrayan la importancia de la continuidad en los ataques. Nadav Pollak, experto en inteligencia israelí, señala que un cambio estratégico solo se logra con un efecto acumulativo de acciones sucesivas. Más allá del daño físico, estas operaciones generan paranoia y caos en las filas enemigas, obligándolos a reevaluar sus protocolos y a buscar posibles infiltrados, lo que consume recursos y desestabiliza. En el caso de Rusia, la compleja operación ucraniana ha expuesto fallas en su servicio de seguridad, el FSB. Dan Hoffman, exjefe de la CIA en Moscú, destaca que «Ucrania está detrás de las líneas enemigas, utilizando la guerra asimétrica para contraatacar a un enemigo que posee armas nucleares». Este simbolismo es potente, dado que el presidente Putin, un ex oficial de inteligencia, está experimentando numerosas fallas en su propio sistema de inteligencia, lo que sugiere un cambio fundamental en la naturaleza de la guerra moderna.