El ejército de Israel anunció que sus sistemas antiaéreos lograron derribar varios misiles lanzados durante la madrugada desde territorio iraní con destino a Tel Aviv y otras zonas del centro del país. No se reportaron víctimas ni daños materiales graves tras la intervención militar.
La acción se enmarca en la creciente tensión entre Teherán y Jerusalén, que ha escalado tras recientes ataques en la región. Analistas advierten que un enfrentamiento directo podría desestabilizar aún más el Medio Oriente y afectar el suministro de energía global.
Autoridades israelíes mantienen la máxima alerta y refuerzan las defensas antiaéreas en puntos sensibles de la costa y el interior. Al mismo tiempo, diplomáticos de varias naciones han urgido a la contención y al diálogo para evitar una conflagración mayor.
En Washington, el Departamento de Estado declaró su apoyo a la autodefensa de Israel y pidió a Irán cesar cualquier agresión que pueda arrastrar a la región a un conflicto amplio. La comunidad internacional vigila con preocupación.