Durante la pandemia de COVID-19, miles de pacientes mexicanos fueron intubados con respiradores de la marca Philips. Hoy, una demanda colectiva acusa a la empresa de haber distribuido y mantenido en operación equipos defectuosos que, en lugar de salvar vidas, pudieron haberlas puesto en riesgo.
Un grupo de 43 familiares presentó la denuncia contra Philips México el pasado 6 de octubre, alegando homicidio, lesiones y delitos contra la salud pública. Los ventiladores señalados —entre ellos los modelos E30, V60 y Trilogy— contenían una espuma de poliuretano que, según la FDA, podía degradarse y liberar sustancias tóxicas al interior de los pulmones, con riesgo de muerte.
A pesar de que otros países retiraron los dispositivos desde 2021, una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que en México se siguieron utilizando más de 2,000 unidades en hospitales públicos, incluso hasta finales de 2024. Cofepris solo reaccionó el 8 de octubre de 2025, ordenando su retiro inmediato tras años de denuncias.
Philips, por su parte, sostiene que no existe “riesgo significativo para la salud” y que los equipos contaban con autorización de emergencia durante la pandemia. Sin embargo, esta demanda podría sentar un precedente en la rendición de cuentas corporativa y gubernamental por omisiones sanitarias que costaron vidas.