El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento para América Latina y el Caribe en 2025, situándolo en un estable 2.4%. Este ajuste, superior al 2.0% proyectado en meses anteriores, se debe casi exclusivamente al mejor desempeño esperado de sus dos economías más grandes, México y Brasil, que en conjunto representan alrededor del 65% del Producto Interno Bruto (PIB) regional.
La previsión para México fue la más notable, elevada al 1% para 2025 (un aumento de 1.3 puntos porcentuales desde las proyecciones pesimistas de meses atrás), y se mantiene en un 1.5% para 2026. Este optimismo se fundamenta en un impacto comercial «más modesto» de lo temido por los aranceles de Estados Unidos y un cierto dinamismo interno que ha demostrado resiliencia. No obstante, el FMI advierte que la inflación persistente en México es un factor de riesgo que podría moderar la expansión.
Por su parte, Brasil, la mayor economía de la región, tiene una previsión de crecimiento de 2.4% para 2025. Los expertos del Fondo señalan que la demanda interna ha amortiguado los choques externos, aunque las políticas fiscales y monetarias estrictas están comenzando a mostrar signos de moderación en su crecimiento.
Desde un punto de vista crítico, si bien el crecimiento regional se mantiene estable, el FMI subraya que el espacio para la política monetaria se está reduciendo y que la inversión sigue siendo «floja» en general. El organismo insta a los países a consolidar sus cuentas fiscales y a implementar reformas internas que fortalezcan la competitividad y la certeza jurídica para atraer el capital necesario, pues la resiliencia actual no garantiza un crecimiento transformador.