El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encendió la polémica al advertir que podría retirar los partidos del Mundial 2026 programados en Boston, argumentando preocupaciones por la seguridad y criticando el liderazgo de la alcaldesa Michelle Wu. La ciudad es una de las sedes estadounidenses del torneo que se celebrará junto a México y Canadá, y actualmente tiene confirmados siete encuentros.
Durante una conferencia en Washington, tras reunirse con el mandatario argentino Javier Milei, Trump calificó a Wu como “inteligente, pero de izquierda radical”, y sugirió que “partes de Boston han sido tomadas”, sin aportar pruebas ni detalles. “Podríamos quitarles los partidos en dos segundos”, dijo el presidente, en un comentario que ha sido interpretado como una advertencia política más que una decisión basada en criterios logísticos.
Las declaraciones surgen después de disturbios ocurridos a inicios de mes en Boston Common, donde una protesta pro-Palestina derivó en enfrentamientos con la policía, dejando varios arrestos y cuatro oficiales heridos. Aunque la alcaldesa no ha respondido oficialmente, funcionarios locales y líderes deportivos han defendido la capacidad de la ciudad para albergar el evento con garantías de seguridad.
Analistas políticos consideran que las declaraciones de Trump buscan polarizar y presionar a administraciones demócratas antes del inicio del torneo, más que reflejar una intención real de alterar la sede.