Rivian Automotive, el fabricante de vehículos eléctricos (VE) que busca consolidar su posición en el mercado, ha reestructurado significativamente el paquete de compensación de su CEO, Robert J. Scaringe. El consejo de administración de la compañía canceló la opción de acciones de 2021 y otorgó una nueva Performance Award que incluye opciones para adquirir 36.5 millones de acciones de Clase A.
La revisión de la compensación es una respuesta directa a la necesidad de alinear el liderazgo con los objetivos de rentabilidad. El nuevo paquete de 2025 es totalmente «a riesgo» y se divide en dos tramos: 22 millones de acciones se basan en el cumplimiento de estrictos umbrales de precio de la acción (desempeño bursátil), y 14.5 millones de acciones se basan en el logro de objetivos financieros operacionales preestablecidos, sujetos ambos a la continuidad del servicio del CEO.
Desde una perspectiva crítica, este movimiento subraya el desafío persistente de Rivian: a pesar de reportar un fuerte crecimiento de ingresos (78% interanual en el 3T 2025) y una mejora en su pérdida por vehículo, la empresa continúa siendo no rentable y ha proyectado pérdidas de EBITDA ajustado de hasta $2.25 mil millones para el año fiscal 2025. El cambio en el plan de opciones indica que los inversores exigen que la compensación ejecutiva esté directamente ligada a la disciplina de costes y al eventual logro de un margen bruto positivo.
La apuesta por la nueva estructura financiera busca motivar a Scaringe a acelerar la transición hacia la rentabilidad antes del lanzamiento de su modelo clave, el SUV R2, previsto para 2026.



