La reforma a la Ley del Sector Eléctrico en México marca un drástico cambio para el sector energético del país, limitando aún más la participación de actores privados. La nueva legislación establece que el suministro básico de electricidad será de exclusiva responsabilidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dejando fuera de la competencia a terceros. De acuerdo con el Artículo 61 de la ley, el suministro básico debe ser provisto por el Estado con el fin de garantizar precios accesibles para la población.
En cuanto a la generación de energía, los privados podrán participar en dos esquemas de inversión: uno para contratos de largo plazo con la CFE, en el cual venderían toda su producción a la empresa estatal, y otro de inversión mixta en el que la CFE tendría una participación mayoritaria del 54%. Además, se mantienen opciones de generación distribuida y autoconsumo, aunque con restricciones dependiendo de la capacidad de las instalaciones.
La reforma también establece que las fuentes de energía limpia se ampliarán a 11 categorías, como la cogeneración eficiente y la térmica con secuestro de carbono, entre otras. Los permisos de generación serán otorgados por la Comisión Nacional de Energía (CNE), aunque aquellos proyectos destinados al autoconsumo en emergencias estarán exentos de dicha regulación.
Con este cambio, la CFE no solo controla la oferta de electricidad básica, sino también la representación de empresas en el mercado mayorista. La ley también introduce cambios en la estructura de gobierno de la CFE y Pemex, con nuevas incorporaciones en sus consejos, buscando garantizar un control más estrecho del sector energético estatal.