Las tres principales automotrices de Estados Unidos, General Motors, Ford y Stellantis, alertaron sobre el impacto que tendrán los nuevos aranceles del 25% sobre las autopartes de acero y aluminio. Según las empresas, esta medida incrementará significativamente el costo de los vehículos fabricados en EE. UU., afectando tanto a los consumidores como a los proveedores de la industria automotriz.
Matt Blunt, presidente del Consejo Americano de Política Automotriz (AAPC), explicó que la mayoría de las autopartes que contienen acero y aluminio se adquieren en América del Norte, con México como el principal proveedor para las automotrices estadounidenses. Blunt indicó que la revocación de las exenciones para Canadá y México, sumada a los nuevos aranceles, agregará costos importantes a la producción de vehículos, lo cual podría tener un efecto negativo tanto en los fabricantes como en los consumidores.
Aunque las automotrices habían mostrado su apoyo a la decisión de aplazar los aranceles en días anteriores, esta nueva medida del 25% genera preocupación. El Consejo de Política Automotriz de EE. UU. solicitó una reconsideración de los aranceles a las autopartes de acero y aluminio, destacando que su inclusión en los impuestos elevará aún más los costos y podría generar presiones inflacionarias en los precios de los vehículos.
En marzo, las automotrices ya habían celebrado la decisión del presidente Donald Trump de eximir los vehículos y piezas que cumplieran con los requisitos del T-MEC. Sin embargo, ahora piden que se mantengan estas exenciones para las autopartes que contienen acero y aluminio para evitar mayores impactos económicos en la industria.