En una sesión extraordinaria, el Senado de la República aprobó por mayoría la creación de la Comisión Nacional Antimonopolio, organismo que sustituirá a la extinta Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Con 68 votos a favor y 35 en contra, se avaló el paquete de reformas que, según legisladores oficialistas, busca rediseñar el modelo institucional para asegurar una política de competencia más efectiva.
La propuesta ha generado un intenso debate, pues la oposición calificó la medida como un retroceso en la libertad económica y un atentado contra la democracia. Señalan que la nueva comisión dependerá del Poder Ejecutivo, lo que, según ellos, pone en riesgo la imparcialidad y la técnica especializada con la que operaban órganos autónomos como la Cofece. El senador panista Marko Cortés denunció que esta reforma «concentra el poder y debilita al Congreso», advirtiendo un regreso a prácticas autoritarias del pasado.
Por su parte, Emmanuel Reyes Carmona, presidente de la Comisión de Economía, defendió la iniciativa afirmando que se trata de una renovación estructural que mantiene el compromiso con el artículo 21 del T-MEC en materia de competencia económica. Agregó que la nueva comisión seguirá siendo reconocida a nivel internacional y tendrá un órgano de gobierno conformado por cinco comisionados, designados por el Ejecutivo Federal, garantizando —según sus palabras— la separación entre las funciones de investigación y sanción.
Sin embargo, voces del PRI como la del senador Miguel Ángel Riquelme advirtieron que esta reforma podría erosionar décadas de avances institucionales. A su juicio, la centralización de funciones debilita la capacidad técnica de la autoridad en competencia, exponiéndola a presiones externas y reduciendo su autonomía, en detrimento del equilibrio entre los sectores público y privado. La reforma ha sido turnada ahora a la Cámara de Diputados para su discusión final.