La reciente escalada de enfrentamientos en el noreste de Siria, marcada por el redespliegue de las fuerzas del ejército sirio cerca de los frentes de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), ha encendido las alarmas sobre el futuro económico del país. Esta región es de vital importancia económica, ya que concentra la mayoría de los campos petroleros de Siria y gran parte de su tierra agrícola, considerada el «granero» del país. La inestabilidad militar en esta zona amenaza con paralizar los últimos vestigios de actividad económica que podrían financiar la reconstrucción.
La tensión militar tiene implicaciones financieras directas. El riesgo de interrupción del suministro de petróleo y de daños a la infraestructura energética podría disparar los precios locales y exacerbar la crisis humanitaria. Además, la persistencia del conflicto en una región con activos tan estratégicos socava la confianza de los inversores internacionales. Los analistas advierten que, mientras no haya una solución política y militar estable, el capital necesario para reconstruir la infraestructura y reactivar la economía seguirá ausente.
El retorno de las fuerzas armadas a las líneas de confrontación es un recordatorio de que, incluso después de años de conflicto, los intereses económicos siguen siendo el motor de la guerra. La estabilidad de la producción de petróleo y la agricultura en el noreste es clave para el futuro de Siria. La continuación de los enfrentamientos prolongará el colapso económico del país y hará más difícil la recuperación.