Durante una cumbre de paz en Sharm el Sheij, Egipto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proclamó el fin de la guerra en Gaza, calificándolo como un hecho “impensable” que abre paso a una nueva etapa de estabilidad en Oriente Próximo. Su declaración llega tras la liberación de los últimos 20 rehenes vivos en manos de Hamás y el anuncio de la entrega de cuerpos de otras víctimas.
Trump destacó que el acuerdo entre Israel y Hamás, que asegura haber impulsado personalmente, no solo detiene el conflicto armado, sino que podría significar un renacer regional. En su visión, la zona debe aspirar a ser “fuerte, estable y próspera”, rechazando por completo cualquier forma de terrorismo. También sugirió que otros países se sumen a los Acuerdos de Abraham, normalizando relaciones con Israel.
El mandatario subrayó que la reconstrucción de la Franja de Gaza es ahora el objetivo prioritario, para lo cual considera esencial una Gaza desmilitarizada. Afirmó que “ahora comienza lo más fácil”, en alusión a la recuperación de infraestructura básica para la población, que ha sufrido una grave crisis humanitaria.
En el acto, que contó con la participación de líderes mundiales, el primer ministro de Pakistán propuso a Trump como candidato al Premio Nobel de la Paz. Aunque no estuvo presente el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Trump reconoció públicamente al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, con quien compartió tribuna durante la cumbre.