El gobierno de Nicolás Maduro anunció el cierre de las embajadas de Venezuela en Noruega y Australia como parte de una “reasignación estratégica de recursos” en su política exterior. La medida coincide con la reciente entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado, generando especulaciones sobre un trasfondo político.
Aunque el comunicado oficial no menciona el Nobel, la Cancillería noruega informó que la embajada venezolana en Oslo cerró sin ofrecer motivos. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega lamentó la decisión y expresó el deseo de mantener el diálogo con Caracas, a pesar de las diferencias políticas.
En contraste, Venezuela abrirá nuevas embajadas en Zimbabue y Burkina Faso, reforzando lazos con países africanos aliados de Rusia. Según el gobierno venezolano, estas sedes serán clave para promover proyectos en energía, educación y agricultura. Esta decisión forma parte de una estrategia para estrechar relaciones con naciones que comparten una visión geopolítica más afín a la de Venezuela.
El cierre de las sedes diplomáticas en países aliados de Estados Unidos se produce en un contexto de tensión creciente entre Caracas y Washington. Venezuela ha acusado a EE. UU. de ejecutar ataques militares frente a sus costas y de buscar derrocar al presidente Maduro. La reconfiguración diplomática refleja un claro giro hacia alianzas fuera del eje occidental, consolidando vínculos con gobiernos que respaldan su postura en organismos internacionales.