El Gobierno del Reino Unido está intensificando sus esfuerzos para atraer capital extranjero, buscando directamente la inversión de los gigantescos fondos de pensiones australianos (superannuation funds). Ejecutivos de más de una docena de firmas australianas, incluyendo a AustralianSuper y Aware Super (que gestionan colectivamente más de un billón de dólares en activos), sostendrán reuniones con ministros británicos la próxima semana en Londres y Birmingham.
Estas conversaciones de alto nivel tienen un doble objetivo. El primero es atraer la inyección de capital en la infraestructura y la transición energética del Reino Unido, cumpliendo así la promesa gubernamental de impulsar un crecimiento económico anémico. El segundo, y más crítico, es aprender de la experiencia australiana en la reforma de pensiones.
El Reino Unido ha reconocido que su sistema de pensiones, altamente fragmentado, «carece del tamaño necesario» para realizar inversiones productivas ambiciosas. Por ello, Londres está impulsando la consolidación de planes más pequeños en «megafondos», un modelo directamente inspirado en Australia y Canadá, donde la escala de los fondos permite mayores y más rentables inversiones en activos privados y de infraestructura.
Esta «ofensiva de encanto» subraya la dependencia del Reino Unido del capital externo y la necesidad de una reestructuración interna para movilizar el ahorro doméstico. Mientras el gobierno promueve acuerdos con firmas locales para destinar hasta el 10% de sus carteras a proyectos de infraestructura, la búsqueda de miles de millones de dólares australianos destaca la urgencia de financiar proyectos a largo plazo y la falta de liquidez y escala en el propio mercado británico.