7 de junio de 2025 6:07 pm
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OPINIÓN

El background del Salario Rosa

El Salario Rosa es una política demagógica por donde se quiera abordar...

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(Audio por: Fátima Verónica Rodríguez Martínez)

Por María del Carmen Ojeda Portilla

La semana pasada, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, entregó de nuevo las tarjetas correspondientes al Programa de Desarrollo Social Familias Fuertes Salario Rosa, conocido públicamente como el famoso “Salario Rosa” o “Tarjeta Rosa”, que consiste en otorgar un apoyo bimestral de $2,400.00 y, supuestamente, capacitación y acompañamiento, tanto de carácter jurídico como psicológico, a mujeres mexiquenses de 18 a 59 años dedicadas a actividades domésticas que no perciben sueldo alguno.

El Programa se puso en marcha en enero del 2018, “coincidentemente”, y pertenece a una estrategia de coordinación transversal a cargo de siete dependencias estatales. Este Programa está catalogado como una transferencia directa no condicionada, colofón importantísimo ya que, en América Latina, han tenido éxito los programas de transferencias condicionadas para paliar el subdesarrollo vinculado a temas de desigualdad; el éxito, en su mayoría, radica en la condicionalidad de la ayuda.

Es un hecho, y no voy a poner a discusión, que las mujeres somos un sector vulnerable de la población que requiere atención por parte del gobierno. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en América Latina, las mujeres están sobrerrepresentadas entre la población más pobre. Darle luz al tema de igualdad de género en la agenda pública ha tomado años y, creo, que hoy en día, se ha logrado su inclusión en los proyectos políticos, inclusive se ha vuelto un hot topic, hecho que ha incitado a que sea un instrumento con un posible trasfondo turbio, malintencionado y poco genuino.

Un simple repaso de los hechos habla por sí solo. La fecha de inicio del Programa que coincide “mágicamente” con el inicio del proceso electoral del 2018, el involucramiento, tanto de recursos como de intereses, de siete dependencias estatales y la falta de condicionalidad y planeación, conclusiones que el mismo Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destaca en la última revisión que realizó sobre el Programa, lleva inevitablemente a malpensar los verdaderos intereses detrás de todo esto.

El Salario Rosa es una política demagógica por donde se quiera abordar. Si el verdadero objetivo del Programa es disminuir la desigualdad de género y generar inclusión para la mujer, una transferencia directa para mujeres exclusivamente dedicadas al hogar genera incentivos para permanecer en el hogar, perpetuando así la condición de la mujer. Por otro lado, la falta de planeación y especialización del Programa, que ya apuntaba el PNUD, se hace evidente al entregar la misma ayuda para todas las mujeres sin ningún tipo de discriminación por grupo de ingresos, además, el planteamiento inicial de la población objetivo es vago e iluso, ya que, en un país como México, es prácticamente imposible saber a ciencia cierta si una persona percibe un salario o no, pues más del 50% de nuestra economía se lleva acabo en las sombras de la informalidad, por lo que es altamente probable que un gran número de las beneficiadas tengan otra percepción de ingresos además de la Tarjeta Rosa. Y, por último, es un error garrafal no ver que, en gran medida, el dinero que están recibiendo esas mujeres no aumenta su riqueza real ni se queda en sus manos, sino que se suma al ingreso familiar.

El Salario Rosa lo único que consigue es perpetuar la situación precaria de la mujer y seguir relegando su papel de ama de casa. Es claro que el interés detrás de este Programa versa sobre el titular del periódico a la mañana siguiente y no sobre la verdadera lucha de la desigualdad de género. Independientemente de si se gasta $1 o $10 millones de pesos, es una bajeza utilizar como bandera la lucha contra la desigualdad de género para entrar al terreno político electoral. Como sociedad, no podemos permitir, nunca, que una política pública no sea real y genuina, ni mucho menos conformarnos con que el tema esté simplemente “presente”. Si este son el tipo de políticas que quieren vendernos para promover la igualdad de género… Gracias, pero no gracias.


Recuerda seguirla en Twitter: @marycarmenojed

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