Niels Rosas Valdez
Hace unos días murió Mijaíl Gorbachov, último líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un personaje amado por unos y odiado por otros. Uno del segundo grupo es el mismísimo presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien señaló la caída de la Unión Soviética (US) como la catástrofe geopolítica más grande del siglo XX. ¿Qué se puede decir de la figura controversial de Rusia?
Durante casi 70 años de existencia, la US tuvo poco más de media docena de líderes. Josef Stalin, por ejemplo, dirigió al Partido Comunista de la URSS por un periodo de cerca de tres décadas, mientras que otros como Konstantin Chernenko, apenas 11 meses. En el caso de Gorbachov, lideró a la US por casi siete años, pero fueron los determinantes para el destino de una de las superpotencias de la Guerra Fría que quiso cambiar el mundo.
Entonces, ¿por qué Gorbachov es una figura controversial en Rusia? A él se le señala como el artífice de la caída de la US, que se disolvió cuando estaba a su mando, pero en realidad el derrumbe había comenzado tiempo atrás en la década de los años 70 y se agravó al paso del tiempo durante la administración de Leonid Brezhnev. La desgastada economía soviética, la pérdida de aliados que progresivamente se alineaban al bando liberal capitalista, el eminente gasto armamentístico para intentar equilibrar el poderío estadounidense y la elevada corrupción auspiciada desde Moscú fueron los factores determinantes de la caída de la superpotencia soviética.
Gorbachov era creyente del socialismo y seguidor de uno de sus precursores en Rusia: Vladimir Lenin. En sus primeros años como mandatario de la URSS intentó levantar la economía soviética y mejorar sus alianzas en el globo, piezas fundamentales para la recomposición de la US, pero la pendiente de la caída estaba ya muy pronunciada para ese entonces. Ante las condiciones de la URSS en la década de los 80, no había mucho que se podía hacer para mantenerla a flote. Consecuentemente, al comprender la realidad del gigante europeo, el líder del partido comunista optó por transformar al estado para poder mantener su supervivencia en un mundo a todas luces liberal y capitalista.
Sus dos políticas estructurales, glasnost y perestroika, que dieron libertades políticas, económicas y sociales a la población soviética, fueron prueba de este intento de mejorar la posición tanto de la sociedad, como política del estado frente a la evidente realidad del globo a finales del siglo XX. Incluso Boris Yeltsin, posterior presidente de Rusia, se benefició de la apertura del sistema político al competir y ganar de manera independiente la presidencia del país.
Gorbachov, desde ese momento, fue centro de controversia y debate en torno a sus acciones. Incluso el mismo presidente Putin ha condenado severamente la disolución de la US, situación que da un mensaje en torno a su forma de pensar, es decir, si la caída de la URSS fue una catástrofe, lo ideal para él es que exista un estado ruso como ese en la actualidad. De esta manera se puede comprender su política exterior expansionista y, por ende, la actual invasión hacia Ucrania.
Por otra parte, es clara la necesidad del gobierno de Rusia de marcar una distancia con Gorbachov, no sólo por lo anterior, que resulta diametralmente diferente a la política exterior actual del Kremlin, sino porque el último líder soviético les dio la libertad política, económica y social a los rusos, situación que contrasta cada vez más con el gobierno de Putin. Evidencia de lo anterior hay mucha, por ejemplo, en la actualidad el principal líder opositor del gobierno fue envenenado hace unos años y hoy está en la cárcel; quienes protestan por la guerra con Ucrania son aprisionados y la libertad de expresión está seriamente limitada, tan es así que hablar de la guerra como “invasión” está ya tipificado como un delito.
Probablemente Gorbachov no fue el líder que los soviéticos de línea dura merecían, pero fue el líder que necesitaban las personas y también el estado ante la creciente dinámica liberal que el globo adoptaba con mayor ímpetu. Quizá él era consciente de que sus acciones serían controversiales tras tantos años de intento de avance del proyecto socialista, pero el futuro que le dio a la población soviética, a pesar de las vicisitudes de años posteriores, es mejor y, por mucho, que la realidad que conocieron por casi 70 años.
Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx