8 de julio de 2025 12:14 am
Cerrar / Abrir
OPINIÓN

Mes AAPI: El abanico de seda

Lirio Blanco, la protagonista y narradora de la historia, nació en Hunan, proveniente de una familia pobre de campesinos. Normalmente, las mujeres de clase baja no debían someterse al vendado de pies, ya que al no poder caminar ni cargar objetos pesados, les impedía trabajar...

AUDIO COLUMNA
Cecilia González Michalak

Unos creen que el destino puede leerse en la palma de las manos; depende de lo largo, fino y marcado de las líneas que uno podría intuir su suerte en la salud, el dinero y el amor. Para Lirio Blanco, su destino se iba a definir por lo pequeño de sus pies. Situada en China continental, la escritora, Lisa See, crea una novela histórica que narra la vida de una niña nacida en 1823, en el tercer año del reino del emperador Daoguang.

Lirio Blanco, la protagonista y narradora de la historia, nació en Hunan, proveniente de una familia pobre de campesinos. Normalmente, las mujeres de clase baja no debían someterse al vendado de pies, ya que al no poder caminar ni cargar objetos pesados, les impedía trabajar. Pero, una casamentera, al visitar la casa de la niña, vio sus diminutos pies y dijo que éstos le brindarían fortuna a toda su familia y que al ser vendados, se convertirían en “lotos dorados”, el más excelso rasgo de belleza.

Los lotos dorados no debían medir más de 7 centímetros.

Esta práctica se realizaba de entre los 2 y los 5 años, y solía iniciarse en los meses de invierno para que el frío entumeciera la carne y el dolor no fuera tan intenso. El proceso era complicado. Primero los pies se bañaban en una mezcla caliente de hierbas y sangre de animal, luego las uñas se cortaban al ras y se empezaba con el doblado y presionado de los dedos, manteniéndolos en su lugar con vendas de algodón de 3 metros de largo. Los dedos y el arco se rompían a fuerza, para estrechar el empeine y crear, después de muchos cambios de vendas y masajes, pies de hasta 7 centímetros de longitud.

Mujer a la que le vendaron los pies de niña.

La fortuna de Lirio Blanco y sus lotos dorados, incluso, le permitieron tener una “laotong”, una amiga por contrato con el propósito del compañerismo emocional y fidelidad eterna. Las laotong eran prácticamente almas gemelas: debían tener el mismo signo zodiacal, la misma edad, y haber empezado el proceso de vendado al mismo tiempo. Era tan extraordinario que una mujer tuviera esta asociación, que incluso era un atributo extra para hacerla más casadera.

Para Lirio Blanco fue Flor de Nieve, hija de una familia antigua y reconocida. En una sociedad dominada por el hombre, las dos amigas usaban el Nu shu para comunicarse, un lenguaje fonético secreto creado por mujeres que buscaban una vía de escape del aislamiento y el sometimiento de sus maridos. Estos textos eran escritos o bordados en tela, y las dos niñas utilizaban un abanico para comunicarse y contar su historia. El abanico de seda es un libro que muestra la complicidad de la amistad a pesar de las adversidades y los cambios de fortuna.

Abanicos con la escritura secreta de las mujeres

Lisa See viajó a la provincia de Huan para estudiar a profundidad el Nu shu y recoger testimonios de mujeres que la conocían y que buscaban salvarla como patrimonio de la feminidad china en épocas imperiales. Esta autora, biznieta del patriarca de China Town de Los Ángeles, ha buscado siempre retomar los testimonios históricos de mujeres chinas para retrartarlos en novelas humanas, dando voz a esos personajes que, por su sexo, pasaron desapercibidos en la sociedad masculina, pero tenían un mundo interior maravilloso y lleno de valores.

Todo el contenido de El Comentario del Día en la palma de tu mano. Suscríbete a nuestros canales de difusión: WhatsApp | Telegram

Compartir en:

Twitter
Facebook
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
Email

Más Columnas de opinión

PUBLICIDAD

Noticias de interés

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *