No todo se resuelve a billetazos, a veces se requiere empatía y sentido común…
Macraf
La semana pasada, hablé de manera muy general sobre los resultados publicados por el CONEVAL respecto de los niveles de pobreza en nuestro país, de acuerdo con esa información, pasamos de 51.9 millones de personas en nivel de pobreza en el 2018, a 46.8 millones de personas en 2022, lo que significa una reducción de 5.1 millones de personas, pero, en lo relacionado con la pobreza extrema se tuvo un mal resultado, dado que, pasamos de 8.7 millones de personas en 2018 a 9.1 en 2022, esto es, un incremento de 0.1 puntos porcentuales, sin embargo, no podemos quedarnos a nivel general, vale la pena analizarlo un poco más a fondo.
De acuerdo con la medición que utiliza el CONEVAL, existen 6 indicadores de carencia social, vale la pena analizar cómo estamos al respecto, para empezar, la población con al menos una carencia social, pasó de 84.6 millones de personas en 2018 a 84.7 millones de personas en 2022, mal resultado, por otro lado, la población con al menos 3 carencias sociales, creció de 25 millones en 2018 a 32.1 millones de personas en 2022; estos incrementos, se ven reflejados en el rubro de población vulnerable por carencias sociales, donde, pasamos de 32.7 millones de personas en 2018 a 37.9 millones de personas en 2022 y, aun cuando la población vulnerable por ingreso tuvo una disminución de 2018 a 2022 pasando de 9.9 millones a 9.3 millones, no significa que el bienestar económico de las personas sea mayor, dado que, en rubros como por ejemplo carencia por acceso a los servicios de salud, pasamos de 20.1 millones de personas en 2018, a prácticamente la mitad de la población en 2022, con 50.4 millones de personas.
Simplificando los datos anteriores, si bien existe una menor cantidad de personas en situación de pobreza multimodal, también es cierto que, existe un incremento en el nivel de carencias sociales de la población, siendo la más preocupante la relacionada con los servicios de salud, seguida por el rezago educativo, ambas serán sin duda, uno de los principales retos para las siguientes administraciones, asimismo, existe otra variable de análisis que consiste en entender los factores claves que nos llevaron a estos resultados, que son: los incrementos realizados al salario mínimo, las remesas y los programas sociales.
Respecto de esos tres puntos, hay que considerar, primero, que para poder mantener un incremento constante en el salario mínimo a lo largo del tiempo, es necesario impulsar a la base productiva, no se puede encarecer el costo del capital humano, si no se genera un mayor ingreso que le permita afrontar ese aumento, no hacerlo, provocaría un incentivo negativo para reducir la producción y, por lo tanto, generar desempleo; segundo, con respecto a las remesas, hay que considerar que es una situación completamente fuera del control de nuestro país, esto es, una desaceleración del envío de esos recursos, impactaría en el corto y mediano plazo sobre los niveles de pobreza, después de todo, son una gran cantidad de personas, las que viven de lo enviado por sus familiares fuera del país y, por lo tanto, una contracción del envío de remesas provocaría mayor pobreza y tercero, sobre los programas sociales hay que tener claro que, sin una reforma fiscal, la obtención de los recursos necesarios para poder mantenerlos a lo largo del tiempo, se volverá cada vez más complicado.
En conclusión, aun cuando el gobierno del hijo predilecto de Macuspana festeje la disminución de la pobreza multimodal, no se puede ocultar que en los últimos años han crecido las carencias sociales, pero tal parece que él, sigue creyendo que basta con regalar dinero.
