El 24 de octubre de 1648 es una de las fechas más importantes para el mundo diplomático, ya que en ella se firmaron los acuerdos de paz de Westfalia, Alemania. Estos acuerdos no solo significaron el fin de la guerra de los 30 años, sino que también sentaron las bases del principio de soberanía que se utiliza en la actualidad, convirtiéndose así en el precedente más importante en el estudio de las relaciones internacionales. El objetivo de este espacio es recapitular este acontecimiento histórico, con su respectivo contexto, para comprender las repercusiones que tienen en la actualidad y mostrar las razones de su importancia.
La guerra de los 30 años fue un conflicto entre católicos y protestantes. El bando católico estaba integrado por la familia real de Habsburgo de Alemania y sus aliados: España y Francia; mientras que el bando protestante estaba formado por los Estados alemanes protestantes y sus aliados: Suecia, Dinamarca y Países Bajos. Cabe destacar que entre España y Países Bajos ya existía un conflicto previo.
La causa de esta guerra se atribuye a la reforma de la iglesia impulsada por Martín Lutero. Con sus 95 tesis, Lutero promovió la visión protestante en toda Europa, generando un mayor contraste y desacuerdo religioso entre los Estados del continente.
La Paz de Westfalia es el resultado de dos acuerdos: la Paz de Münster entre Países Bajos y España, que puso fin a 80 años de guerra, y la Paz de Osnabrück, que reguló la organización interna del Sacro Imperio Romano Germánico. Las disposiciones de la Paz de Westfalia formaron parte de la organización constitucional de dicho imperio hasta su disolución.
La importancia de la Paz de Westfalia radica en su noción de la soberanía estatal, uno de los pilares fundamentales del sistema de Estados moderno. Estos tratados contribuyeron a reconocer la autoridad de los Estados nacionales sobre su propio territorio y población sin intervención externa, sentando las bases para la no intervención en asuntos internos de otros Estados.
Es relevante destacar que este acontecimiento también contribuyó al desarrollo de la diplomacia moderna. Las negociaciones para llegar a estos tratados establecieron un precedente para las conversaciones de paz a nivel internacional, con la participación de diversas partes interesadas y la mediación de terceros. Este sistema de diplomacia y resolución de conflictos sigue siendo tan relevante como importante en la actualidad en el escenario internacional, reflejándose en los fundamentos de la política exterior de algunos Estados, como la soberanía estatal, la no intervención en asuntos internos y la diplomacia como el principal medio para resolver conflictos, principios que siguen siendo aceptados en la comunidad internacional.
Aunque es importante reconocer la relevancia e importancia de este acontecimiento histórico, también se debe considerar que, en la actualidad, han ocurrido conflictos de alcance global, en los cuales se ha observado la falta o la omisión de uno o varios principios acordados en este conjunto de tratados. Cada Estado puede hacer uso de su soberanía de acuerdo con su voluntad e interés.
La Paz de Westfalia dejó un fuerte legado en la historia del mundo al establecer los cimientos del sistema de Estados soberanos y la diplomacia moderna. Además, funciona como un recordatorio de la importancia de encontrar soluciones pacíficas a los conflictos y de respetar la soberanía de los países en el mundo, que está interconectado en su diversidad. Aunque su relevancia ha trascendido siglos, también puede ser el precedente de una solución, aporte o idea que aún no se haya establecido y que pueda ser tan importante como lo fue en su momento la Paz de Westfalia.
