2 de diciembre de 2024 1:25 pm
OPINIÓN

Elecciones de la potencia

...lo que pase en este país asiático no recae en un interés exclusivamente regional, para nada, en cambio, trasciende a un nivel global por las implicaciones a las relaciones internacionales que albergaría la dirección del gobierno de un país con las características de India...

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Por Niels Rosas Valdez


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Este año 2024 es crucial en múltiples sentidos. No sólo las guerras que comenzaron en momentos pasados y que continúan en la actualidad, como la de Rusia y Ucrania, o la de Israel y la Franja de Gaza, han acaparado el análisis en diversos foros de discusión y la atención internacional, sino que las elecciones que se generan a lo largo y ancho del globo en esta docena de meses resulta de la más alta importancia para prácticamente todo el mundo. En esta serie de comicios se inserta el significativo caso de India.

Desde finales de 2023 se hablaba con mucho interés acerca del siguiente año. Como se mencionó, gran parte de la discusión se centraba en los complicados conflictos bélicos en curso. Sin embargo, un tema que causó gran interés ha sido la serie de comicios que en el año en curso se conducirán. El número de países cuyas poblaciones acudirán a las urnas es elevado, puesto que alrededor de un tercio de los estados en el mundo celebrará elecciones.

Tal dato es, de entrada, relevante, puesto que significa que varias decenas de países mantendrán su mirada a los desarrollos políticos y electorales domésticos, quizá perdiendo un poco la atención en el escenario internacional. Pero, además de eso, otro punto que alimenta particularmente la importancia de estos comicios son los estados que participarán, ya que, en gran medida, éstos determinan una gran parte de las dinámicas de las relaciones internacionales en la actualidad.

Países de la talla de Taiwán, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos de América y México, y conglomerados como la Unión Europea, ya han tenido o tendrán elecciones en este año. A este grupo se incorpora India, cuyas elecciones generales comenzaron este viernes pasado. Aún no hay resultados, puesto que sus comicios se desarrollan en un lapso de 44 días. Es totalmente entendible, hay que recordar que el título de la “mayor democracia del mundo” es por una razón: de sus 1400 millones de personas, casi mil millones son elegibles para votar.

Por ende, será hasta principios de junio que conoceremos a las y los vencedores de los comicios de India, cuya carrera principal es la del parlamento, que permitirá establecer no sólo la mayoría de representación en este recinto, sino que establecerá al titular del Poder Ejecutivo. Narendra Modi, actual primer ministro, aventaja a sus rivales actuales, situación que es probable que no cambie y le dé la victoria para continuar con un tercer periodo.

Como ha sucedido con varias potencias emergentes, India ha crecido en las últimas dos décadas, pero sus a pasos han sido singularmente gigantescos. En materia económica, ha desplazado a potencias fuertes y longevas, como es el caso de Italia, Francia y, más recientemente, Reino Unido. También ha fortalecido a su academia, ha transitado a la desindustrialización y se ha posicionado en el mundo con desarrollos tecnológicos de punta.

En la parte militar, ha invertido cuantiosos recursos para modernizar su arsenal, vehículos y profesionalización de sus efectivos. El resultado es convertirse en la cuarta potencia militar del mundo, muy cerca de titanes como Rusia, China y Estados Unidos de América. A lo anterior, hay que hacer mención de la calidad de India como potencia nuclear, una de las nueve que existen oficialmente en el globo.

No es sorpresa que muchos países han buscado en acercarse a India en años recientes para mejorar sus alianzas y respaldo en una multiplicidad de temas. No sólo los estados pequeños y medianos lo han hecho, sino también otros de mayor talla. En su lucha por la supremacía mundial, Washington y Beijing han intentado acaparar el apoyo total de Nueva Delhi y mover la balanza a su favor.

Es por ello, que lo que pase en este país asiático no recae en un interés exclusivamente regional, para nada, en cambio, trasciende a un nivel global por las implicaciones a las relaciones internacionales que albergaría la dirección del gobierno de un país con las características de India. Las elecciones fuera de Occidente comienzan a acaparar las miradas internacionales y no es cosa fortuita: las decisiones del futuro están en otro lugar con nuevas potencias emergentes.

Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx

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