Teniendo en cuenta que el mercado es la relación de intercambio entre compradores y vendedores, son de mercado, en sentido literal, las economías en las que el intercambio (el mercado), es la actividad económica central: se produce para vender y se compra para consumir. Nosotros operamos en una economía de mercado en el sentido literal del término: participamos en la producción de bienes y servicios que se ofrecen a la venta y compramos los satisfactores que consumimos.
En sentido institucional son de mercado las economías en las que los derechos de los agentes económicos, productores y consumidores, están plenamente reconocidos, puntualmente definidos y jurídicamente garantizados, derechos a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, demandar, comprar y consumir, y a la propiedad privada de los medios de producción necesarios para producir, ofrecer y vender, y de los ingresos necesarios para demandar, comprar y consumir. En sentido institucional son de mercado las economías en las que hay Estado de Derecho.
La economía mexicana es, en sentido literal, de mercado, pero no en sentido institucional: los derechos de los agentes económicos (como lo he comentado en varias ocasiones en estos Pesos y Contrapesos, sobre todo al analizar el capítulo económico de la Constitución, véase: https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/constitucion-1-5-563791), no están plenamente reconocidos, puntualmente definidos, jurídicamente garantizados. No hay Estado de derecho sino de chueco.
Tres muestras de lo anterior. En primer lugar el Índice de Libertad Económica 2024, del Fraser Institute, con México con una calificación de 62/100 y ocupando el lugar 68/189. En segundo el Índice de Derechos de Propiedad 2023, de la Property Rights Alliance, con México con una calificación de 46/100 y en la posición 76/125. En tercero el Índice de Estado de Derecho 2023, del World Justice Project, con México con una calificación de 42/100 y en el lugar 116/142. Resultados malos en temas (libertad, propiedad y Estado de Derecho), que determinan si las economías que son de mercado, en sentido literal, también lo son en el institucional. La mexicana dista mucho de serlo institucionalmente, lo cual limita sus posibilidades, por medio de más inversiones directas, de mayor crecimiento, y por medio de la creación de más empleos y la generación de más ingresos, de mayor bienestar.
Más que tener Estado de derecho, reconocimiento pleno, definición puntual y garantía jurídica de los derechos de los agentes económicos, lo que tenemos es Estado de chueco, reconocimiento parcial, definición impuntual e inseguridad jurídica de los derechos a la libertad individual y a la propiedad privada de los agentes económicos.
Una de las preguntas que debemos hacernos, relacionada con lo anterior, es cuál será el efecto de la reforma al Poder Judicial propuesta por AMLO, y lo más polémico de la misma: la elección popular de jueces, magistrados y ministros. La impartición de justicia en México deja que desear: en el subíndice Justicia Criminal, del Índice de Derechos de Propiedad 2023, México tiene una calificación de 26/100 y ocupa la posición 132/142. La reforma al Poder Judicial, ¿mejorará, en el ámbito de la economía, las cosas?
Artículo originalmente publicado en https://www.razon.com.mx/