El presidente Joe Biden ha dado luz verde para que Ucrania utilice misiles tácticos de largo alcance ATACMS contra objetivos estratégicos en territorio ruso. Esta decisión, reportada por medios internacionales como The New York Times y AFP, representa un cambio significativo en la postura estadounidense hacia el conflicto en Ucrania, aunque no ha sido confirmada oficialmente por la Casa Blanca.
Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, evitó confirmar explícitamente el uso de estos misiles, pero destacó la importancia de contar con «capacidad de largo alcance» para el ejército ucraniano. «Los misiles hablarán por sí mismos», comentó, dejando entrever la posibilidad de inminentes ataques estratégicos.
El sistema de misiles ATACMS, fabricado por Lockheed Martin, tiene un alcance de hasta 300 kilómetros y es difícil de interceptar, lo que lo convierte en una herramienta clave para golpear bases y centros logísticos en Rusia. Según fuentes estadounidenses, esta medida responde en parte a la participación de tropas norcoreanas en apoyo a Rusia, lo que ha generado preocupación en Washington y Kyiv.
Por su parte, el Kremlin advirtió previamente que el uso de este armamento sería visto como una participación directa de la OTAN en la guerra, lo que cambiaría drásticamente la dinámica del conflicto. A medida que se acercan ataques y posibles respuestas, la comunidad internacional observa con cautela los próximos movimientos en esta escalada bélica.