![](https://i0.wp.com/comentariodeldia.com/wp-content/uploads/jlarrondo.png?fit=300%2C300&ssl=1)
Jorge Molina Larrondo
Consultor en políticas públicas y comercio internacional, con más de 25 años de experiencia y participación en negociaciones comerciales.
Escuchar
Parece haber pasado desapercibido que el arancel del 25% que Trump anunció el pasado 1 de febrero, se aplicará “a todos los artículos que sean productos de México, de acuerdo con la definición publicada en el Federal Register (el equivalente en Estados Unidos del Diario Oficial de la Federación),” según el texto de la Orden Ejecutiva 14194. Luego de la llamada telefónica que tuvo con Claudia Sheinbaum el 3 de febrero, la entrada en vigor de este gravamen se aplazó al 4 de marzo, pero no se modificó su ámbito de aplicación, como consta en la Orden Ejecutiva 14198 publicada en el Federal Register el 7 de febrero. En ambos decretos, se indica que todo producto que se importe desde territorio mexicano estará sujeto a partir de esa fecha a un arancel adicional del 25%, el que podrá ser modificado por el gobierno estadounidense de acuerdo con el progreso en el control de la migración ilegal y del tráfico de fentanilo en la frontera entre ambos países.
La redacción de varios decretos emitidos por el gobierno de Trump ha generado dudas respecto a su ámbito de aplicación, entre ellos las órdenes ejecutivas relacionadas con los aranceles que se aplicarán a las importaciones de México, Canadá China. Las órdenes ejecutivas 14194 y 14198 se refieren a bienes “para consumo”, lo que genera la pregunta si este arancel se aplicaría también a los bienes intermedios. No se ha emitido hasta ahora una opinión pública, en tanto que el acuerdo entre ambos presidentes fue tener reuniones de negociación al más alto nivel en la segunda quincena de febrero.
A lo largo de estas dos semanas, ha crecido el consenso que es insostenible para la economía de Estados Unidos mantener a largo plazo estos nuevos aranceles, cuando se trata de sus tres principales proveedores, que en conjunto representan el 41.54% de sus importaciones totales. De acuerdo con las cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos, México representó el 15.48% de las importaciones totales en el 2024, China el 13.43% y Canadá el 12.63%. Su implementación podría permitir al gobierno de Trump tener ingresos por este concepto superiores a los 100,000 millones de dólares este año, pero con la posibilidad de que el PIB caiga entre 0.5 y 0.75% y que se agregue un punto porcentual a la tasa de inflación de este y el próximo año, de acuerdo a diversas estimaciones realizadas tanto por la Oficina de Presupuesto del Congreso como por varios think tanks, entre ellos el Instituto Peterson de Economía Internacional.
Por otra parte, Trump anunció este martes la rehabilitación de los aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio a partir del 12 de marzo, por medio de órdenes ejecutivas que aún no se publican en el Federal Register. Estos son los aranceles que se aplicaron entre 2018 y 2020 a más de 60 países proveedores de estos materiales y que nada tienen que ver con la migración ilegal o el control del fentanilo, aunque Trump los aplicó argumentando amenazas a la seguridad nacional del país. Posteriormente, México, Canadá, Australia, Argentina, Brasil, Corea del Sur, la Unión Europea, Japón y Reino Unido, que entonces eran sus principales proveedores, quedaron exentos. Hay que enfatizar que cualquier medida que tome el gobierno de Estados Unidos relacionada con temas arancelarios o aduanales, tienen que ser publicados en el diario oficial de la Unión Americana para ser oficiales, aunque se publiquen en la página de la Casa Blanca o por cualquier otro medio.
Las órdenes ejecutivas del 11 de febrero se refieren a la aplicación de aranceles ad valorem del 25% “adicionales”, lo que implica que el acero y el aluminio de México y Canadá pagarían un arancel del 50% a partir del 12 de marzo. El año pasado, Canadá fue el principal proveedor de acero, con 22.7% de las importaciones de este metal, y el principal proveedor de aluminio, con 79% de las importaciones. A su vez, México fue el tercer proveedor de acero – después de Brasil – con el 12.2% de las importaciones y el noveno proveedor de aluminio con menos 150,000 toneladas. Estados Unidos importa 23% del consumo total de acero y el 50% del consumo de aluminio.
Los aranceles al acero y al aluminio contribuyeron a la inflación en 2018 y 2019 por sus múltiples usos: autos, petroquímica, petróleo, construcción, latas, etc., lo que llevó en parte a su eliminación. Trump argumenta que el objetivo es que la industria acerera de Estados Unidos supere nuevamente el 80% de capacidad instalada en uso, pero eso no depende de un acuerdo internacional.