Petróleos Mexicanos (Pemex) se enfrenta a un riesgo mucho mayor debido a la falta de inversiones en su producción de crudo, que a las políticas arancelarias implementadas por el gobierno de Estados Unidos, según un informe de la calificadora Moody’s. La firma destacó que los bajos niveles de inversión proyectados por el gobierno mexicano siguen siendo uno de los mayores desafíos para la estabilidad financiera de la petrolera.
A pesar de que la nueva refinería Dos Bocas podría reducir la dependencia de México de las exportaciones de crudo hacia Estados Unidos, Moody’s advirtió que la disminución en la producción de petróleo disponible para la venta en el extranjero afectará severamente los ingresos de Pemex. Actualmente, la compañía produce 1.6 millones de barriles diarios, pero el agotamiento de campos viejos y los problemas financieros continúan limitando su capacidad para crecer. Además, la deuda de la empresa, que asciende a 97,600 millones de dólares, la convierte en la petrolera más endeudada del mundo.
A pesar del apoyo económico del gobierno mexicano, que ha priorizado a Pemex frente a las empresas privadas, la situación financiera sigue siendo crítica. El gobierno busca restablecer alianzas con las petroleras privadas, pero las condiciones del nuevo marco jurídico no son tan atractivas como las de otros mercados competidores como Guyana, Brasil y Estados Unidos. El futuro de Pemex dependerá de un manejo más eficiente de sus finanzas y de su capacidad para superar los desafíos derivados de la falta de inversión y el creciente costo de la deuda.
Además, aunque México ha recibido trato preferencial en términos de aranceles, cualquier represalia por parte del gobierno mexicano podría perjudicar aún más a Pemex, ya que depende en gran medida de las importaciones de gasolina y diésel desde Estados Unidos. Esto podría aumentar los costos de los combustibles para los consumidores mexicanos, lo que complicaría aún más la situación económica de la empresa.