La administración del expresidente Donald Trump contempla una fuerte reestructuración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), incluyendo la eliminación total de su Oficina de Investigación Oceánica y Atmosférica (OAR), responsable de coordinar investigaciones sobre el cambio climático. Esta propuesta forma parte de un ambicioso plan para reducir el presupuesto de la agencia en un 27 %, lo que equivale a un recorte de aproximadamente 1,670 millones de dólares.
Según un borrador del presupuesto de la Casa Blanca obtenido por Reuters, el cierre de la OAR implicaría también la eliminación de cerca de 480 millones de dólares destinados a la recopilación de datos climáticos regionales, al mantenimiento de laboratorios científicos y a programas colaborativos con institutos de investigación. Este movimiento representa un golpe significativo para los esfuerzos científicos de monitoreo y estudio del clima.
La NOAA, que forma parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos, es clave en la generación de pronósticos del tiempo, en la vigilancia de fenómenos oceánicos y atmosféricos, así como en la gestión de la pesca comercial. En el marco del recorte presupuestal, también se contempla una reestructuración del Servicio Nacional de Pesca Marina, trasladando sus funciones de protección de especies en peligro al Servicio de Pesca y Vida Silvestre, una agencia bajo el control del Departamento del Interior.
Esta no es la primera vez que el gobierno de Trump apunta a la NOAA. En su mandato, ya se habían ejecutado despidos masivos como parte de un plan para reducir la estructura burocrática del gobierno. De aprobarse esta propuesta, la comunidad científica teme que se limite gravemente la capacidad del país para responder al cambio climático y conservar sus ecosistemas marinos.