El presidente Donald Trump ha intensificado su política de presión comercial, anunciando que los aranceles del 25% previamente amenazados a Apple se extenderán a otros gigantes tecnológicos como Samsung y a cualquier fabricante de teléfonos inteligentes. El objetivo principal de esta medida es incentivar a estas empresas a trasladar sus operaciones de manufactura a Estados Unidos. Trump advirtió que estos aranceles podrían ser incluso mayores y que entrarían en vigor a finales de junio, buscando asegurar una «competencia justa» en el mercado.
Esta declaración aclara una publicación previa en redes sociales donde Trump había señalado que Apple enfrentaría un arancel del 25% si no movía la producción de iPhone a territorio estadounidense. A pesar de que Apple ya había anunciado una inversión de 500 mil millones de dólares en manufactura en EE. UU. poco después del regreso de Trump al poder, el presidente no se mostró completamente satisfecho con este compromiso. La compañía, por su parte, ha estimado que los aranceles actuales podrían generarle un impacto de aproximadamente 900 millones de dólares en costos para el próximo trimestre.
Las amenazas a la industria tecnológica se suman a las tensiones comerciales existentes con la Unión Europea. El presidente Trump reiteró que las negociaciones comerciales con el bloque europeo “no están dando frutos”, lo que lo llevó a recomendar un aumento del 50% en los aranceles sobre productos de la UE. Trump justificó esta postura citando lo que considera “poderosas barreras comerciales” de la UE, el IVA, “ridículas sanciones corporativas”, barreras no monetarias, manipulaciones monetarias y demandas injustificadas contra empresas estadounidenses, argumentando que todo esto ha generado un “déficit comercial totalmente inaceptable” para EE. UU.
Este panorama de crecientes amenazas arancelarias refleja la determinación de la administración Trump de reconfigurar las cadenas de suministro globales y fomentar la producción doméstica. A pesar de que Estados Unidos y la Unión Europea habían acordado intensificar las negociaciones técnicas para buscar un acuerdo arancelario días antes de este anuncio, la postura firme de Trump indica que está dispuesto a utilizar las barreras comerciales como una herramienta clave para lograr sus objetivos económicos y políticos, generando incertidumbre en los mercados internacionales.