Durante abril de 2025, el flujo de remesas que llegó a México fue de 4,761 millones de dólares, lo que representa una disminución del 12.1% en comparación con el mismo mes del año anterior. De acuerdo con datos del Banco de México, se trata del ingreso más bajo para un abril desde 2022, lo que evidencia un comportamiento inestable en el envío de migradólares durante los últimos 18 meses.
Aunque en marzo se había registrado un leve crecimiento del 2.5% en las remesas, el panorama general muestra una tendencia irregular: desde octubre de 2023 se han documentado ocho meses con contracciones. Sin embargo, a pesar de esta disminución en dólares, las familias receptoras experimentaron un aumento del 5.5% en términos reales al convertirlos a pesos, impulsado por la depreciación del peso frente al dólar y el efecto inflacionario.
Expertos como Alberto Ramos, de Goldman Sachs, atribuyen esta baja en las remesas a las políticas migratorias más estrictas en Estados Unidos, así como a medidas para frenar el lavado de dinero. Por su parte, Jesús Cervantes González, del Cemla, indicó que es difícil saber si la caída responde a una menor demanda laboral o al temor de los trabajadores indocumentados de ser deportados, lo que habría provocado ausencias laborales.
El número de transacciones también disminuyó, pasando de 13.4 millones en marzo a 12.3 millones en abril, a pesar de que el giro promedio se mantuvo elevado en 385 dólares. En los primeros cuatro meses de 2025, el total acumulado de remesas fue de 19,015 millones de dólares, lo que representa una baja del 2.5% frente al mismo periodo de 2024. Las autoridades seguirán de cerca esta tendencia, dada su importancia económica para millones de hogares mexicanos.