Durante el primer trimestre de 2025, el consumo privado en México registró una contracción de 0.6% interanual, marcando su primera caída en un período comparable desde 2021, según datos del INEGI. Esta baja refleja una mayor cautela de las familias ante un entorno económico desafiante y un debilitamiento del mercado laboral.
El descenso se debió principalmente a una reducción de 5.2% en el consumo de bienes importados, cifra que no fue compensada por el ligero incremento de 0.6% en el gasto en productos y servicios nacionales. A nivel mensual, solo en marzo el consumo privado se redujo 0.2%, acumulando cuatro meses consecutivos de contracción.
La baja en el consumo está estrechamente relacionada con la pérdida de empleos: el primer trimestre cerró con una disminución de 119,896 plazas totales, la peor cifra desde 2011. Aunque el salario medio en el sector formal creció 3.4% y las remesas aumentaron ligeramente, la confianza del consumidor continuó deteriorándose, mostrando caídas tanto mensuales como anuales.
El retroceso en el gasto privado coincidió también con una caída del 4.9% en la inversión fija bruta, otro componente clave de la demanda interna. A esto se suma la incertidumbre política tanto en México como en Estados Unidos, donde reformas internas y un endurecimiento arancelario han puesto en duda el futuro de la integración comercial en América del Norte. En consecuencia, las expectativas de crecimiento económico se han ajustado a la baja, situándose apenas en 0.08% para este año, según el Banco de México.