Mientras varias categorías de consumo retroceden en supermercados, el alimento industrializado para mascotas en México ha mostrado un crecimiento sólido. Entre enero y marzo de 2025, el segmento registró un aumento del 6%, reflejando no solo una tendencia económica, sino un cambio cultural profundo: los perros y gatos han pasado de ser animales de compañía a verdaderos miembros de la familia.
En un contexto donde muchas familias recortan gastos en productos de limpieza o abarrotes, la comida para mascotas permanece como una prioridad. Si bien algunos consumidores han optado por cambiar presentaciones o marcas, no han reducido la calidad ni el compromiso económico. Esta tendencia incluso se observa en hogares de ingresos bajos, donde el gasto en alimento para animales ha crecido.
Según Ernesto Ávila, presidente de Grupo Amascota (parte de Conafab), el crecimiento en alimentos húmedos —con presentaciones similares a platillos humanos— es un ejemplo de cómo la “humanización” de las mascotas redefine la oferta. Este tipo de alimento creció 13% en el primer trimestre del año, mientras que el alimento seco cayó cerca de 4%. Tiendas de barrio, supermercados y cadenas especializadas han tenido que diversificar sus productos para responder a esta nueva demanda exigente.
El fenómeno es impulsado por cifras contundentes: más del 69% de los hogares mexicanos tienen al menos una mascota, según el Inegi. El gasto mensual varía por nivel socioeconómico, pero incluso los hogares con menos ingresos están priorizando el bienestar animal. La venta a granel, que ya representa el 8.6% del mercado, ha sido clave para mantener la calidad a menor costo. La industria ha respondido con inversiones millonarias. Desde 2024, tres nuevas plantas de alimento húmedo han sido abiertas en el país, con una inversión conjunta de 4,200 millones de dólares. Las previsiones apuntan a un crecimiento moderado para 2025: 1% en volumen y 1.9% en valor, reflejo de una industria cada vez más sofisticada y emocionalmente conectada con los consumidores.