Por Jorge Molina Larrondo
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Aunque parezca un chiste, circula desde la semana pasada en redes sociales, una teoría que dice que la NFL tiene arreglado que este domingo ganen los Jefes de Kansas City para que al momento de la entrega del trofeo Vince Lombardi, toda la atención del público se centre en Travis Kelce y Taylor Swift y entonces ella aproveche ese momento para hacer una declaración para que la gente vote por Joe Biden en las elecciones del próximo 3 de noviembre. Y a pesar de lo increíble que suena este argumento, quienes lo han comentado y criticado más porque consideran que es un serio peligro para las aspiraciones de Donald Trump, son precisamente varios miembros de la extrema derecha, incluyendo varios conductores de la cadena de noticias Fox News, que apoyan ciegamente a Trump.
Al considerar si todo este entramado es posible o no, hay que recordar que la NFL nunca ha sido santo de la devoción de Trump. Incluso, cuando fue presidente, tuvo varios choques con el comisionado Roger Goodell por permitir que entonces muchos jugadores se arrodillaran al momento de cantar el himno de ese país antes de todos los juegos, como protesta en apoyo a la discriminación que sufriera entonces quien fuera QB de los 49ers, Colin Kaepernick. Trump dijo públicamente que cualquier jugador que se arrodillara durante la ejecución del himno debería ser expulsado de la liga, lo que le valió una enorme cantidad de críticas de la comunidad afro-americana de ese país.
Sin embargo, considero que a pesar de que San Francisco sea ligero favorito por dos puntos, los Jefes ganarán su cuarto título debido a que cuentan con una de las dos mejores defensivas de esta temporada y la mejor en su historia, que será clave para detener a lo mejor que tienen hoy los 49ers, que es su ofensiva. A lo largo de la temporada, la defensiva de los Jefes no permitió más de 20 puntos en 15 de los 20 juegos que ha disputado, habiendo tenido su peor desempeño cuando los Empacadores de Green Bay les anotaron 27 puntos en la semana 13 en Lambeau Field.
Aunque Brock Purdy tiene excelentes receptores en George Kittle, Deebo Samuel, Brandon Aiyuk e incluso en Christian McCaffrey, la línea frontal de los Jefes – compuesta por George Karlaftis, Derrick Nnadl, Chris Jones y Mike Danna – es capaz de apresurarlo mucho más de lo que lo hizo la defensiva de los Leones de Detroit durante el primer medio del juego de campeonato de la NFC. San Francisco jugó contra los Cuervos, la mejor defensiva a la que se enfrentaron en la temporada, en la semana 15 el 17 de diciembre y perdieron en Santa Clara 33-19.
La defensiva de los Jefes es capaz de generar presión al QB con sólo cuatro linieros. Eso le permite al coordinador defensivo, Steve Spagnuolo, dedicar hasta siete jugadores a cubrir a los receptores del otro equipo. Por su parte, la línea defensiva de los 49ers depende fundamentalmente de lo que haga Nick Bosa. Aunque contrataron a media temporada a Chase Young, ala defensiva que jugaba para Washington, para fortalecer su línea defensiva, Young no ha podido superar las muchas lesiones que le afectaron mientras jugó para los Commanders.
El campo no será factor. El estadio está techado y ambos equipos están acostumbrados a jugar al aire libre, por lo que sus pateadores tendrán todas las ventajas. Todo dependerá de quien logre controlar mejor sus nervios, el veterano de siete temporadas de los Jefes, Harrison Butker, o el novato de San Francisco, Jake Moody. Y por supuesto que los nervios juegan un papel en el Super Bowl. Sólo hay que recordar el pobre desempeño de Payton Manning en el segundo medio del SB 44, cuando los Santos derrotaron a los Potros en Miami, o de Matt Ryan, cuando los Halcones de Atlanta tenían una ventaja de 25 puntos al terminar la primera mitad.
