Los estados miembros de la UE, con la notable ausencia del respaldo de Hungría, respaldaron la propuesta de la Comisión Europea (CE) para implementar aranceles compensatorios contra productos estadounidenses. Hungría justificó su voto negativo argumentando que la escalada de medidas no es la solución y que tales represalias solo agravarían los problemas económicos al aumentar los precios para los ciudadanos europeos. En contraste, la UE sostiene que los aranceles de Estados Unidos carecen de justificación y están generando un daño económico bilateral y mundial significativo.
La implementación de estas contramedidas se realizará de forma escalonada, comenzando con la aplicación de aranceles a bienes por un valor de 3,900 millones de euros a partir del 15 de abril. Una segunda fase, que afectará a productos por valor de 13,500 millones de euros, se activará el 15 de mayo. Finalmente, una tercera tanda de aranceles, dirigida a la soja y las almendras y valorada en 3,500 millones de euros, entrará en vigor el 1 de diciembre. Es importante destacar que la UE ha manifestado su disposición a suspender estas contramedidas en cualquier momento si Estados Unidos acepta una solución negociada que sea justa y equilibrada para ambas partes.
La primera ronda de contramedidas se asemeja a las aplicadas durante la disputa comercial de 2018, aunque con algunas modificaciones, como la exclusión del whisky bourbon de la lista de productos gravados. Formalmente, la UE optó por no extender la suspensión de los aranceles que impuso en respuesta a la anterior guerra comercial iniciada por la administración Trump. La lista de productos afectados incluye una variedad de bienes como maíz dulce, arroz, puros, cigarrillos, aceites esenciales, calzado y muebles. La decisión de la UE subraya su firme postura en defensa de sus intereses comerciales ante las políticas arancelarias estadounidenses.