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Las cosas no siempre salen como se planean, o si algo puede fallar, seguramente fallará dice la famosa Ley de Murphy, y sí, sí suele ocurrir.
¿Qué es un Queen Sinfónico? Bueno se refiere a un concierto de la Orquesta Sinfónica de Minería de la CDMX donde se toca música del afamado grupo de rock inglés Queen, que estuvo vigente entre los años 1970 y 1995 aproximadamente.
Originalmente este grupo fue fundado por Freddie Mercury, (vocalista y pianista) Bryan May (guitarra y voz) y el baterista y voz: Roger Taylor. Un año después se unió al grupo el bajista John Deacon. Sacaron a la venta la friolera de 15 álbumes y se calcula que se han vendido cerca de 300 millones de copias legales de sus discos. En el año 1991 falleció el alma del grupo: Freddie Mercury; poco después, el bajista John Deacon se separó de la banda. Y después de ello, los integrantes restantes han hecho algunas presentaciones con vocalistas invitados.
Queen es sin duda el grupo de rock más influyente de su época.
Para ahondar en el conocimiento de esta banda inmortal recomendamos a quien no la conozca bien, que vea el film “Bohemian Rhapsody” de 2018 de Bryan Singer, protagonizado por Rami Malek, que trata obviamente de Freddie Mercury y el grupo Queen.
Pues bien… La Orquesta de Minería se abocó a organizar un Queen Sinfónico, un concierto. La empresa es arriesgada porque primero que nada hay que hacer arreglos para la orquesta; es decir, reescribir los temas de Queen para violines, violas, violoncellos, contrabajos; alientos metal, alientos madera, piano y percusiones; además de banda de rock, y que el arreglo, (eso es un arreglo) suene bien, le haga justicia a la música original, para lo cual se requiere no solo un, o unos buenos arreglistas (o instrumentadores), sino músicos que estén familiarizados con el rock y con el estilo de Queen, con la estética sonora del grupo, lo cual ya de entrada, no está nada fácil.
En el programa de mano, no se menciona al arreglista, o los arreglistas y qué bueno, mejor así…Pues los arreglos aunque sonaron bien, no fueron maravillosos ni espectaculares; y por tanto, no le hicieron justicia a la música de Queen.
El resultado sonoro al final de cuentas lo puede echar a perder el ingeniero de audio; el sonorizador, que es el encargado de poner los micrófonos y ecualizar la sala y subirle o bajarle al volumen de los diferentes canales de audio. Y es que el rock (este fue finalmente un concierto de rock) debe ser por definición estridente. Este género nació en la época de los micrófonos y de la música amplificada, y una de sus características es la estridencia, que no está peleada con la calidad sonora. Se debe oír fuerte, o muy fuerte, para hablar claro.
Lo que escuchamos en la Sala Nezahualcóyotl el pasado 4 de junio de 2025 no llegó a fuerte: El piano, la guitarra, la batería y los coros casi no se oían. El coro el piano y la batería requerían forzosamente micrófonos ambientales muy bien ecualizados y reproducir su sonido a un muy buen volumen para no perder detalles. Así es la estética del rock. Y si el encargado de la consola de audio no lo hace así, se puede malograr todo. Así de plano.
Además… haber bajado de tono casi todas las canciones, es un error innecesario; se deben tocar en los tonos originales, de lo contrario se oyen rarísimas; es como escuchar el concierto para violín de Beethoven, tocado con piano, se oye extrañísimo, a mi en lo personal, no me gusta, y sí existe esa versión, no es broma, y la hizo el propio Beethoven.
La orquesta de Minería hizo un buen trabajo, tocaron como siempre muy bien, pero como dirían algunos: me supo a hueso, pero de muy alto nivel, finalmente es una de las mejores orquestas de México, o la mejor tal vez.
El solista tenor fue el tamaulipeco Víctor Hernández, también se oyó poco y no por su culpa, ya lo dijimos, porque no le subieron el volumen a su micrófono. Cantó de maravilla como siempre; mostró un excelente desempeño en este género que no es su nicho de confort, lo suyo es la ópera; pero le faltó como dijo alguien del público: ¡desgarrarse el alma! tal como lo hacía Freddie.
Bien el Coro de la Orquesta de Minería, pero se oía poco. Bien también el director venezolano Raúl Aquiles Delgado, felicidades a ambos.
¿Quién fue el guitarrista y quién el baterista? Pues ya me canso de preguntar y no amanece. Y el programa de mano, ni el digital ni el impreso, informan quiénes fueron. Han de decir que para qué queremos saber.
Pero bueno, no se me mal entienda, no todo estuvo mal, de hecho, fue un concierto muy gozoso, lo disfrutó el escaso público; me gustó, pero no me encantó.
Pudo haber estado mucho mejor.