La actividad de las fábricas chinas mostró signos de debilidad en mayo, con un crecimiento de la producción industrial de solo 5.8% anual, por debajo del 6.1% registrado en abril y de las expectativas de los analistas. Este dato marca el avance más bajo en medio año, reflejando el impacto prolongado de la guerra comercial con Estados Unidos y los problemas estructurales del sector inmobiliario, que sigue presionado por la caída de precios.
A pesar de este freno en la producción, las ventas minoristas ofrecieron un respiro al incrementarse 6.4% interanual, superando ampliamente el 5.1% de abril y lo previsto por expertos. Este repunte se vio impulsado por el fuerte gasto durante el feriado del Día del Trabajo y el inicio anticipado del festival de compras “618”, uno de los mayores eventos de comercio electrónico en el país.
Los analistas, sin embargo, mantienen una visión cauta sobre la recuperación. La tregua comercial con Estados Unidos no ha sido suficiente para detener la pérdida de dinamismo económico. Según Zichun Huang, economista de Capital Economics, factores como los altos aranceles, un menor apoyo fiscal y problemas estructurales harán difícil sostener un crecimiento sólido en lo que resta del año.
Mientras tanto, otros indicadores confirman la fragilidad del panorama: la inversión en activos fijos subió apenas 3.7% de enero a mayo, por debajo del aumento de 4% acumulado hasta abril y de lo que esperaban los mercados. A esto se suma una caída pronunciada en los envíos hacia Estados Unidos, que se desplomaron 34.5% en mayo, la más fuerte desde inicios de 2020. Pese a los esfuerzos del gobierno por estimular sectores clave, la economía china sigue enfrentando retos para consolidar una recuperación estable.