El panorama de la competitividad global está siendo radicalmente transformado por la Inteligencia Artificial (IA) generativa, una realidad que exige a gobiernos e instituciones una respuesta estratégica inmediata. Como señala Esteve Almirall, experto en innovación de Esade, posicionarse en este nuevo modelo no es una opción, sino una necesidad que determinará los ganadores y perdedores de las próximas décadas. En este contexto, países de todo el mundo están formulando políticas públicas para impulsar la adopción y el desarrollo de la IA, siendo China un ejemplo destacado con su estrategia «AI+».
La aproximación china a la IA se distingue por su marcado pragmatismo, centrándose más en resultados concretos que en la retórica, a diferencia de los enfoques norteamericanos. Ya-Qin Zhang, decano del Instituto para la Investigación en IA Industrial de la Universidad de Tsinghua (AIR), subraya que los expertos chinos consideran que la Inteligencia Artificial General (AGI) aún está lejos. Por ello, la estrategia china se concentra en resolver problemas específicos relacionados con el crecimiento económico y la modernización industrial. Como afirmó recientemente el vice primer ministro a cargo de la ciencia en Qiushi, el órgano oficial del Partido Comunista chino, el país no seguirá ciegamente las tendencias ni participará en una competencia internacional sin restricciones.
Dentro de esta estrategia, China persigue dos direcciones principales. La primera, más visible, tiene un carácter disruptivo y apuesta por «moonshots» como nuevos modelos de IA y la investigación en neuroIA. Sin embargo, la segunda dirección, menos espectacular pero mucho más perspicaz, parte de un diagnóstico claro: China no puede ganar a corto plazo la carrera por el mejor chip o el modelo más avanzado. En cambio, su objetivo es romper el monopolio tecnológico norteamericano a través de la apertura de modelos de código libre altamente competitivos, como DeepSeek. Sobre todo, busca sobresalir en la adopción masiva y aplicada de la tecnología en diversos sectores.
Como destaca el profesor Jie Tang en Qiushi, el verdadero valor no reside en crear el mejor modelo, sino en ser el primero en aplicarlo a escenarios concretos. Si China logra esto antes que nadie, ya sea en la industria, los servicios o la educación, puede alcanzar posiciones dominantes difíciles de erosionar, tal como lo ha demostrado el éxito global de TikTok. Tang aboga por una estrategia de «fast-follower«, donde modelos como DeepSeek, aunque no igualen a GPT-4, ofrezcan prestaciones comparables. La ventaja competitiva, entonces, se genera a partir de la adopción y aplicación, y no únicamente de la investigación. Esto plantea una reflexión sobre si esta no debería ser también una estrategia global, fomentando el uso de estos modelos y la creación de agentes de IA en todos los ámbitos, impulsando el nuevo talento y las startups que buscan generar valor mediante la aplicación práctica de la IA. La carrera ya ha comenzado, y el liderazgo podría venir no de la invención, sino de la aplicación.
