Por Francisco Isaías Lemus Paz
A lo largo de la historia, se han visto distintos fenómenos políticos – económicos – sociales donde estos han sido un cambio de paradigma brutal en el territorio donde se han gestado. Líderes de la sociedad común, que después se convierten en lo que repudiaban durante sus movimientos, han sido los verdaderos protagonistas del cambio, la historia así nos lo muestra.
En esta ocasión, me desviaré un poco (mucho) de los temas de economía, desigualdad y finanzas (que es de lo que suelo escribir, por si no me leen) y trataré un asunto que a mi me ha decepcionado bastante y, tristemente, me ha quitado la esperanza de lo que me gustaría que pasara en 2021 y posteriormente en 2024 (hablo de las elecciones).
En los últimos meses, a pesar de la contingencia que atravesamos por el COVID-19, las manifestaciones se han hecho notar, sin embargo, lo que podría sorprender por ser un movimiento creíble y que se fortalece más y más rumbo a las elecciones intermedias, mismas que tendrán lugar en julio del 2021 (es decir, en menos de 10 meses), el grupo de oposición de derecha ha pasado a ser noticia, y no precisamente de manera positiva, debido al ridículo que han hecho (desde el inicio) en su plantón de casas de campaña salidas de la tienda y, para acabarla de amolar, que dentro no tenían ni piedras. En las redes sociales surgieron muchos videos de estas casas de campaña, supuestamente usadas por la gente que se dice parte de este grupo, volando por los aires, cosa no triste, tristísima… por si hace falta mencionarlo, hablo del Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAA, por sus siglas en español).
Lo que se pretendía con este grupo era formar una oposición integrada por partidos políticos y sociedad civil organizada cuya finalidad era la de enfrentar al presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido (MORENA), esto en la rápida necesidad de quitarle puntos a su aprobación (misma que supuestamente tiene una correlación con la cantidad de votos que podría obtener MORENA en el 2021) de este modo, se podría tener una mayor resistencia a las órdenes emanadas desde palacio nacional, así como un mayor margen de negociación en ambas cámaras.
¿Cuál sería el escenario ideal? En todos los gobiernos, tener siempre mayoría absoluta no resulta bueno, siempre existen abusos por parte de estos grupos y, dejan a un lado a las minorías. Lo mismo veo en la cámara de diputados y el senado de la república, donde tienen cierta mayoría y no existe un equilibrio que coadyuve a la prosperidad nacional y el correcto funcionamiento de nuestras instituciones para con el sector privado.
Para terminar, la supuesta desaprobación atribuida a AMLO, que se dio en los meses anteriores ha sido borrada y, nuevamente, su aprobación ronda los 60 puntos, lo cual hará que la siguiente contienda electoral sea muy complicada en todo sentidos: dimensión y tamaño, recursos manejados de manera discrecional, demasiada apertura a partidos políticos (que no tienen porqué existir), corrupción y opacidad en los institutos estatales, inseguridad que azota a prácticamente todo el país, COVID-19 y una serie de fenómenos que estrecharán el margen entre candidatos ganadores y los perdedores. Mientras tanto, los partidos políticos y ciudadanos independientes se perfilan para entrar a este circo romano, donde sólo uno (hablando respecto de cada puesto a competir) resultará el ganador y, de ser un mal candidato ganador, los ciudadanos resultaremos los perdedores. Asimismo, habrá que poner plena atención a lo que ocurra en estas elecciones, pues muy probablemente se irán perfilando los liderazgos de los que podrían ser candidatos a la grande para el 2024 (Gustavo Madero, Santiago Nieto, Pancho Domínguez, Marcelo Ebrard, Samuel García, Tatiana Clouthier, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado y así, una lista interminable de nombres).
