Por Eduardo López Chávez
Algo inherente al ser humano, es tratar de conocer si lo que está haciendo está bien hecho o no, es decir, por naturaleza tendemos a evaluar todo lo que hacemos y evaluamos todo lo que otros hacen para nosotros, sin embargo, someterse a una crítica por más constructiva que pueda ser, no es sencillo, pensar que alguien te pueda decir que estás equivocado mueve fibras sensibles, surge entonces, algo que también es natural, la discrecionalidad, que no se enteren los demás lo que estamos haciendo.
Lo anterior, me permite hacerle una pregunta mi estimado lector ¿en qué lado de la moneda está parada la T de cuarta? Desde los albores del siglo, cuando el morador de Palacio Nacional despachaba en el inmueble de enfrente, dejó en claro que, eso de la transparencia y la rendición de cuentas no era lo suyo, y no solo lo digo por casos como los segundos pisos del periférico, lo digo por qué tampoco se permitió en su momento la auditoría de los programas sociales implementados en la ciudad ¿porqué? ¿qué quería ocultar? malos manejos de recursos y malas decisiones.
Actualmente, la historia se repite, no solo no quiere que se le evalúe, sino que, los instrumentos que por ley están dispuestos para dar transparencia a la actividad de gobierno, han sido despreciados y hechos a un lado, para empezar, nadie, absolutamente nadie, tiene una idea de cuál es el rumbo que estamos siguiendo como país, esas ideas de alcanzar la felicidad y ser buenas personas, son buenos deseos y créame cuando le digo que, de buenos deseos, están llenos los panteones.
Fijar un rumbo claro, de ninguna manera es “dar línea”, son cosas completamente distintas, la segunda implica indicar a los demás qué pueden o no decir, conforme a una ideología o situación determinada y la primera, implica establecer un ejercicio claro de reflexión y establecimiento de objetivos que permitan alcanzar una meta, lo que hoy vemos en el gobierno de la transformación de cuarta de ninguna forma es, esto último.
Sobre el ejercicio de planeación que el gobierno debe realizar al inicio de toda administración la ley es muy clara, el artículo 26, apartado A, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; establece que, “el Estado tiene la obligación de organizar un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación”, situación que por un lado, genera una contracción con lo dispuesto en la misma ley (el Dr. Arturo Damm habló de esto el día de ayer en su colaboración, le recomiendo leerla) y por otro lado, le instruye una acción específica a quien en ese momento ejerce los poderes del estado, el resultado es el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
Este ejercicio de planeación no es nuevo, nace en los años 80´s y en mi opinión, solo ha servido para dejar plasmado en papel, las buenas intenciones de los gobiernos en turno, sin embargo, también ha servido para establecer un punto de partida en la medición y rendición de cuentas que se le puede pedir a quienes poseen temporalmente la tutela del destino nacional ¿alguno de ustedes mis estimados lectores, recuerda lo que planteó el hijo predilecto de Macuspana en el PND 2019 – 2024?
Tres son los ejes centrales que se plantearon, Política y Gobierno, Política Social y Economía, la próxima semana en la continuación de esta colaboración, me gustaría analizar con ustedes, cómo va la 4T o T de 4ª en cada uno de los ejes, que por cierto, ellos mismos plantearon, es momento de pedir transparencia y rendición de cuentas, el pretexto de recién llegados ya no es válido, estamos prácticamente a la mitad del sexenio y tendremos elecciones, es momento de empezar a formarnos un criterio para tomar la mejor decisión y saber por quién votar.

Un comentario
Lalo.
Buenas tardes.
Gracias por compartir tus comentarios.
Recíprocamente yo te daré mi humilde opinión referente a ésta primera parte de tu comentario del día.
Pienso que el actor principal de la cuarto tango (en fonético) esta haciendo el uso del poder como lo describió Nicolás Maquiavelo en su tratado de doctrina política «El Principe».
Nota:
Doy lectura a los comentarios que publicas.
CONTRA.