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OPINIÓN

De Economía y otras cosas

El lunes 29 de octubre de 2018 inició la debacle (¿exagero al usar este término?), de la economía mexicana. Es la fecha en la cual AMLO canceló la construcción del NAICM en Texcoco...

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Por Arturo Damm Arnal

El lunes 29 de octubre de 2018 inició la debacle (¿exagero al usar este término?), de la economía mexicana. Es la fecha en la cual AMLO canceló la construcción del NAICM en Texcoco, lo cual generó una sucesión de eventos que acabaron afectando el bienestar de las familias mexicanas. Y el desempeño de la economía debe medirse a nivel de la economía familiar, en función del bienestar de sus miembros.

La cancelación del aeropuerto generó desconfianza entre los empresarios (véase el Indicador de Confianza Empresarial del INEGI), que se tradujo en una fuerte caída en la inversión fija bruta en instalaciones, maquinaria y equipo (véase el Indicador de la Inversión Fija Bruta del INEGI), parte esencial de las inversiones directas, que producen bienes y servicios, producción con la que se mide el crecimiento de la economía, crean empleos, puesto que para producir alguien debe trabajar, y generan ingresos, puesto que al que trabaja se le paga, lo cual se tradujo en el decrecimiento de la economía, (véase la Estimación Oportuna del PIB del INEGI), lo cual ocasionó una fuerte caída en la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país (véase el Indicador del Consumo Privado del INEGI), lo cual afectó su bienestar. Todo esto comenzó con la cancelación del NAICM.

Con relación al NAICM AMLO tenía dos opciones. Primera: no pagar y tener aeropuerto, puesto que la iniciativa privada estaba dispuesta a terminarlo, sin que el gobierno tuviera que seguir pagando, como se lo expresaron los empresarios a AMLO durante la campaña y él aceptó. Segunda: pagar para no tener aeropuerto, siendo ésta la opción que, irracionalmente, y faltando a su palabra, eligió.

Pagar para no tener aeropuerto ya que cancelada la obra se tiene que indemnizar a los afectados. Según la Auditoria Superior de la Federación la cancelación del NAICM costará 332 mil millones de pesos, ¡casi el triple de lo que originalmente calculó el gobierno!, 332 mil millones de pesos de los cuales AMLO, de su bolsillo, no pondrá un peso. Para eso estamos los contribuyentes, a quienes se nos obligará a pagar, no para tener algo, sino para no tener algo, lo cual es el colmo del abuso.

El problema ocasionado por la pérdida de confianza empresarial, por la caída en las inversiones directas, por el decrecimiento de la economía, por el deterioro en el bienestar de las familias, se ha venido agravando, consecuencia de otras pésimas decisiones tomadas por la 4T, como fue la cancelación de la construcción de la planta cervecera en Mexicali, la intención de acabar con el outsourcing, y la más reciente, las modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica, con la intención de fortalecer la posición de la CFE en el sector, en contra de empresas privadas y de la competencia.

A esas decisiones hay que sumarle las consecuencias de la pandemia sobre la actividad económica, tanto por el lado de la producción como del consumo, consecuencias que son de dos tipos: las generadas por la pandemia, y las ocasionadas por el pésimo manejo, tanto sanitario como económico, de parte del gobierno.

El costo del NAICM iba a ser de 305 mil millones de pesos. Su cancelación costará (hasta el momento) 332 mil millones, 8.9 por ciento más. Este tipo de decisiones solamente las toma el gobierno, que tiene a su disposición a los contribuyentes para obligarlos pagar por sus errores.

A todo lo anterior hay que sumarle el costo del Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, cuyo presupuesto ya se disparó 65 por ciento.

Así las cosas, ¿podemos decir que el gobierno ha tenido un manejo prudente de sus finanzas? No veo  cómo.


Síguelo en twitter: @ArturoDammArnal

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