Eduardo López Chávez

Recientemente se han dado a conocer los primeros datos relacionados con lo que serán los presupuestos tanto de México como de Estados Unidos para el año 2022. En este sentido, es importante recordar que, si bien estos documentos son más técnicos que de divulgación, reflejan las preocupaciones y prioridades de la administración en turno y esto, no es exclusivo de nuestro país, también puede verse a nivel internacional.
Saber a que planes y programas se les aumentan los recursos y a cuáles se les disminuyen, permite conocer la estructura de gasto de un gobierno y por lo tanto, que es lo que más le importa e interesa. En este sentido, en el caso del vecino del norte, el presidente Joe Biden propuso dentro de lo solicitado para el siguiente año, aumentos en la financiación para combatir la desigualdad, las enfermedades y el cambio climático con lo cual, la solicitud de presupuesto para el 2022 es de $1.52 billones de dólares.
Lo presentado en la Casa Blanca, refleja que la actual administración americana busca, no solo tener más presencia al interior del país mediante la provisión de atención médica y educación (puntos que van dirigidos de forma especial, a quienes tienen bajos ingresos y a la clase media) sino que también, busca reposicionar al país a nivel mundial, como la principal economía mediante el esquema de apoyo al cambio climático.
En casi 4 meses de gobierno, menos de 100 días, la administración presidida por el demócrata, ha lanzado apoyos para la pandemia por $1.9 billones de dólares; $2.25 billones para infraestructura y empleos y buscará la creación de un nuevo esquema de gasto social, buscando un incremento de 15.9% en el gasto interno no relacionado con la defensa, del 40% en educación y del 23% en salud, esto es, 8.4% por arriba de lo presupuestado para este año.
En resumen, las prioridades del gobierno americano son claras, combate a la epidemia de opioides, es decir, droga, apoyo a programas de prevención de la violencia armada del Departamento de Justicia, ayuda a Centroamérica y adjudicación de asilo, apoyo a programas climáticos mediante el soporte de la innovación en energías limpias, punto en el que destaca el apoyo para empresas de alto riesgo que ofrecen el potencial de cambios en la forma en que se genera y utiliza la electricidad, investigación y desarrollo climático; vehículos y equipos eléctricos para agencias federales y finalmente, viviendas públicas y asistidas para que sean más eficientes energéticamente. En lo fiscal propone: $1,200 mdd adicionales para la supervisión de corporaciones y contribuyentes ricos, así como $417 mdd para financiar auditorías.
Todo lo anterior, deja muy claro como dirían coloquialmente: “de que lado masca la iguana” en los Estados Unidos por supuesto, que es una economía que tiene sus propios tintes obscuros, sin embargo, es el principal socio comercial de nuestro país y por ende, debemos estar atentos a sus decisiones y acciones, si es que queremos seguir teniendo negocios con ellos, lo cual me lleva a preguntar, en el caso mexicano ¿cuáles son las prioridades?
Dentro de los Pre-criterios Generales de Política Económica para el 2022, la Secretaría de Hacienda estima que el gasto de gobierno será de por poco más de 6.6 billones de pesos, un aumento de 3.7% respecto el 2021. Por supuesto que un aumento aunque moderado se agradece pero, surgen otras dudas; ¿se está apostando por convertirnos en un país de energía renovables? no, las energías fósiles son la base de la 4T; ¿estamos generando infraestructura que nos permita ser mas competitivos y atraer inversiones? no, Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto en Santa Lucía, son obras sin sentido y sin rentabilidad; ¿se está apoyando a las personas y empresas afectadas por la pandemia? no, el gasto está concentrado en programas sociales lo cual, en estricto sentido, no es malo a menos que sean utilizados con fines electorales, situación que sucede y es clara en el país; ¿se puede remediar? si, recuerde que en junio hay elecciones y ahí es el momento de actuar.
México, siempre ha querido ser como es Estados Unidos y los presidentes mexicanos como sus homólogos, lo cierto es que entre demócratas y morenistas, Joe Biden y el hijo predilecto de Macuspana, la diferencia es abismal…