Niels Rosas Valdez
Para el final de esta semana, India pasaría a China como el país más poblado del mundo. Esa fue la reciente declaración de la Organización de las Naciones Unidas, misma que había estimado que tal situación sucedería a mitad de este año. Ahora, con las estimaciones actuales, se identifica que para ese momento habría casi tres millones más de indios que de chinos en el mundo. ¿Cómo se puede leer este suceso? ¿Qué impacto tiene para el globo?
Sin duda, este acontecimiento es un hito en la historia de India, uno que nos invita a tornar nuevamente nuestra mirada hacia este país asiático, pero también a apreciar la serie de características que lo configuran como una potencia en ascenso. Uno de estos elementos es la población, pero también encontramos otros muy importantes, como el desarrollo económico, el avance tecnológico, el posicionamiento de su academia, el crecimiento de su milicia, el éxito de su política exterior, entre otros.
En torno al primer punto, China e India son los países más poblados del mundo y lo han sido desde hace mucho tiempo. Esto les ha permitido gozar de una base importante de mano de obra calificada y no calificada que, por su volumen, ha tenido un impacto positivo en sus actividades económicas. No obstante, de acuerdo con los reportes en los últimos años, la tendencia poblacional china marca un descenso, mientras que la india evidencia un ascenso, lo que explica el cambio anteriormente mencionado en este rubro.
Un segundo aspecto es el desarrollo económico. Hasta hace unos años, la economía india no figuraba dentro de las más grandes del mundo. Sin embargo, ahora la realidad es diametralmente diferente para el país surasiático, puesto que hoy en día ostenta la quinta posición, sólo por detrás de Estados Unidos de América (EUA), China, Japón y Alemania, superando a su antigua metrópoli y uno de los Estados más fuertes de su momento: el Reino Unido. Pero por si eso fuese poco, las predicciones estiman que para 2050 India se encontraría en segunda posición global, sólo por detrás del gigante asiático, y un escalón arriba del país de las barras y las estrellas.
En cuanto a la academia que ha logrado configurar India, en los últimos años se ha apreciado una tendencia al alta en las publicaciones académicas y la mejora de posiciones de las universidades en los rankings mundiales. Esto ha tenido consecuencias directas en torno al avance tecnológico indio, que ha sido crucial para el perfeccionamiento de procesos productivos, el movimiento hacia la desindustrialización de la economía y la sofisticación de su milicia, lo que nos lleva al punto siguiente.
En cuanto a su poder coercitivo, India no sólo es una de las nueve potencias nucleares existentes en la actualidad, adquiriendo una posición privilegiada en el globo con respecto al poder y negociación, sino que ocupa el cuarto lugar en torno al ejército más amplio del mundo. Como sería de esperarse, está sólo por detrás de EUA, Rusia y China, pero la distancia entre la cuarta posición y la quinta es larguísima, por lo que este cuarteto de milicias es, por mucho, el más poderoso del planeta, lo que les dota de una capacidad de influencia en países colindantes, pero también en las alianzas internacionales.
De igual manera, la política exterior de India le ha permitido gozar de una posición regional y global de gran prospectiva. Nueva Delhi ha sostenido una política exterior exitosa, que no sólo le ha conseguido garantizar coaliciones económicas, sino políticas y de seguridad. Si bien mantiene alianzas con poderes occidentales, como la Quad (junto con EUA, Japón y Australia), también es parte de otras no meramente occidentales, como los BRICS (junto con Brasil, Rusia y Sudáfrica).
Sin embargo, a pesar del evidente crecimiento de India y ser un prospecto de potencia emergente, hay otras interrogantes que colocan al país surasiático en una posición de incertidumbre. Una de ellas es si con su poderío coercitivo podrá conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adquiriendo un privilegio sinigual. Otra es si su desarrollo económico podrá ayudar a combatir la pobreza, hambruna y los problemas sanitarios en la población. Y, finalmente, en qué momento Nueva Delhi se decidirá a ser un actor más participativo en reformular la gobernanza global.
Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx
