Por Daniel Cruz Bartoluchi
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En las últimas semanas, he podido pasar unos días de descanso en compañía de mis padres. Dentro del umbral amplio de temas que platicamos, resaltó la planeación de la siguiente etapa de jubilación de mi padre. Sin duda, un tema que a muchas familias en el mundo les genera una incertidumbre parcial, pues involucra planear los años venideros cosechando frutos después de muchos años de trabajo.
Para esta década, en México, se tendrá el mayor número de personas jubiladas en la historia. Basta mirar la pirámide poblacional de 2020 reportada por INEGI y hacer una estimación del porcentaje de la población que tendrán prestación de jubilación, algunos pocos con prestaciones mayores a las estipuladas por la ley. Como muchos lo han intuido ya, existe una oportunidad de mercado nueva.
Figura 1. Pirámide poblacional por edades en México
El envejecimiento de la población ha suscitado un creciente interés entre los responsables de las políticas públicas y los economistas. Un tema de especial interés es la forma en que el patrimonio en la vivienda, que representa la mayor parte de la cartera de patrimonio de los hogares de personas mayores en los países desarrollados, se acumula antes de la jubilación y cómo se usa ese capital después de la jubilación.
Si has tenido oportunidad de leer algún artículo anterior en este perfil, sabrás que el tema de vivienda me interesa mucho. Bajo esta coyuntura, el mes pasado, unos investigadores en The University of Western Australia publicaron un trabajo de investigación en el Journal of Housing Economics[1] donde descubrieron evidencia causal sobre el impacto de la jubilación en la elección de vivienda.
Los resultados muestran que:
- La jubilación conduce a un aumento significativo y considerable de la probabilidad de realizar un traslado residencial o de convertirse en propietario de una vivienda.
- También se observa que los individuos reducen el tamaño físico de su vivienda y tienden a mudarse a colonias mejores o más cerca de la costa cuando se jubilan.
- Además, descubrieron que algunos ajustes de vivienda, como la movilidad residencial, el pago de hipotecas y la reducción de tamaño, tienen lugar hasta 6 años antes de la jubilación.
- Por último, en los hogares de parejas heterosexuales tradicionales, las decisiones de movilidad de la vivienda se ven influidas principalmente por la jubilación de la esposa (si es el caso), mientras que las decisiones de reducción en el tamaño de la vivienda sólo se ven afectadas por la jubilación del marido.
HT Nguyen, et al. (2024) utilizaron 19 fases de encuestas con datos de alta calidad de la encuesta sobre la Renta de los Hogares y la Dinámica Laboral en Australia [2] (HILDA) y un modelo FE-IV [3]. HILDA es una encuesta representativa a escala nacional de los hogares privados de Australia. Contiene mucha información a nivel individual y de hogar, incluida información sobre la situación de los individuos en el mercado laboral y las condiciones de vivienda. Una característica atractiva de esta encuesta es que el estado de residencia está disponible en todos los años y se sigue a los individuos a nuevas ubicaciones si se mudan. Por lo tanto, la muestra es ampliamente representativa de la población australiana, lo que permite estudiar las elecciones de vivienda a lo largo del tiempo. Para este estudio usaron la versión más reciente y abarca un período de 2001 a 2019.
Para resaltar el resultado 1 y 3, el siguiente gráfico muestra la estimación del impacto de la jubilación sobre diversos resultados en materia de vivienda en los años anteriores (valores negativos en el eje horizontal) y posteriores (valores positivos) a la jubilación. Los resultados para cada año y cada resultado proceden de una regresión independiente.
Figura 2: Impacto intertemporal de la jubilación en la elección de vivienda
En este sentido, podemos resaltar los siguientes puntos:
- Con la evidencia de que los australianos de mayor edad son más propensos a realizar a mudarse 2 años antes de la jubilación, la gráfica sugiere que la evidencia de la reducción del tamaño de la vivienda, representada por una disminución del número de habitaciones, alcanza su punto máximo al mismo tiempo.
- Se puede observar que se empiezan a pagar más hipotecas y, por tanto, a convertirse en propietarios de una vivienda desde seis años antes de jubilarse, y que la tasa de obtención de la propiedad de la vivienda alcanza su punto máximo cuatro años antes de la jubilación. Sin embargo, no se observa ningún cambio en el patrón de propiedad de la vivienda después de la jubilación.
- La reducción financiera en vivienda más allá de la jubilación, tanto para los propietarios como para los inquilinos, muestran que la jubilación conlleva una reducción del valor de la vivienda (para los propietarios) y de las rentas (para los inquilinos) durante los 2 primeros años de jubilación. La evidencia de la reducción de la vivienda financiera es más evidente en el primer año de la jubilación para los propietarios de viviendas, y es más visible en el momento de la jubilación para los inquilinos.
- Por último, los resultados sugieren cierto impacto de la jubilación en los tipos de vivienda, con un patrón opuesto en torno al momento de la jubilación. Es decir, mientras que la probabilidad de residir en una vivienda independiente aumenta tres y cuatro años antes de la jubilación, disminuye ligeramente en los primeros 2 años después de la jubilación.
Para los resultados en el punto 2 y 4, el paper ofrece una amplia explicación sobre el impacto de la jubilación propia y del cónyuge en la elección de vivienda de las personas emparejadas y el impacto de la jubilación en la percepción de la calidad del vecindario [4].
Estos hallazgos pueden ayudar a dar mayores ideas de las preferencias del mercado venidero en todo el mundo en torno a la jubilación, y porqué no, una aplicación personal dentro del círculo cercano. ¿Qué otros factores crees que sería interesante observar en torno a las preferencias de vivienda después de la jubilación?
[1] Ha Trong Nguyen, Francis Mitrou, Stephen R. Zubrick, “Retirement, housing mobility, downsizing and neighbourhood quality – A causal investigation”, Journal of Housing Economics, Volume 63, 2024, 101977, ISSN 1051-1377, https://doi.org/10.1016/j.jhe.2023.101977
[2] Household, Income and Labour Dynamics in Australia (HILDA) Survey https://melbourneinstitute.unimelb.edu.au/hilda
[3] Fixed Effect – Instrumental Variable model
[4] Ver tabla 3 y 4 del paper.
Artículo originalmente publicado en https://www.linkedin.com/in/c%C3%A9sar-daniel-cruz-bartoluchi-ab40b9138/
