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El viernes 23 de agosto el Consejo General del INE votará los acuerdos con los que se asigna oficialmente el número de diputados y senadores que tendrá cada partido en la siguiente legislatura. Los datos presentados en este artículo parten del Anteproyecto publicado por el INE el martes 20 de agosto, para la asignación de los curules y escaños por el principio de Representación Proporcional.
Hasta ahora, parece que Morena y sus aliados van a tener 364 diputados en el Congreso a partir de este septiembre. Uno por cada día del año, si asumimos que todos descansan en navidad. Con ese tipo de mayoría, todo parece indicar que el partido oficialista no tendrá ningún problema para avanzar sus iniciativas de reformas constitucionales en la Cámara Baja con total fluidez y agilidad.
Para modificar la Constitución se requiere el voto de 2/3 partes de cada Cámara. En el caso de la Cámara de Diputados, eso equivale a 334 votos a favor de la reforma. Claramente la alianza “Seguimos Haciendo Historia” tiene más que suficiente para eso. Sus 364 diputados federales equivalen al 73% del total. Pero esa es solo una parte de la historia. Las reformas constitucionales tienen que pasar también por el Senado de la República. Ahí es donde esto se pone interesante.
La mayoría de Morena y sus aliados en el Senado es de 83 senadores. Sigue siendo una porción muy significativa (65% del total), pero no suficiente para pasar reformas constitucionales sin apoyo de la oposición. La coalición oficialista se quedó a tres senadores de lograr la mayoría necesaria.
Desafortunadamente, el movimiento entre partidos en México es sumamente común. Conseguir que tres de los 45 senadores de la oposición apoyen un proyecto de reforma, no debería de ser ni muy difícil ni muy caro para Morena.
Pensemos en el caso hipotético de algún senador con poca presencia mediática y un perfil bajo, que no destaca dentro de su partido. Podría convertirse en una figura destacada casi de inmediato si se vende a sí mismo como el responsable de haber logrado que salgan adelante las reformas constitucionales propuestas por el presidente López Obrador. Sin mencionar que tal vez el partido esté dispuesto a recompensar a los “chapulines”.
Me pregunto quiénes serán esas tres personas que durante la campaña se sumaron a la oposición y criticaron todo lo criticable de Morena, pero que se sumarían al proyecto del presidente para ganar atención mediática y tal vez algo de dinero extra. ¿De qué partido vendrán? ¿Les generará algún cargo de consciencia? ¿Cuánto tardarán en destaparse?
Si los acuerdos del INE se mantienen como están planteados hasta ahora, Morena tendrá una sobrerrepresentación del 18%. La Constitución establece que el límite es 8%. Ya es preocupante que se le esté dando tanto poder al partido oficialista, pasando por alto lo establecido en nuestra Carta Magna. Tenemos ahora que preocuparnos también de que algún legislador de la oposición decida darle aún más fuerza.
Sabremos mucho en los próximos días y este septiembre (cuando los legisladores toman sus lugares, pero López Obrador sigue en la presidencia), la pregunta más apremiante será: ¿Quién traiciona?