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Carlos Chavez Paz
Ingeniero de profesión, profesor universitario, apasionado de la tecnología, los comics y la cultura Lovecraftiana.
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Estimado lector, Estados Unidos y China han sido los actores principales en la carrera tecnológica en estos últimos 5 años. Estados Unidos, con su ecosistema en Silicon Valley y su liderazgo en software, inteligencia artificial (IA) y cómputo en la nube, ha mantenido una ventaja significativa en innovación. Pero, por otro lado, China ha emergido como una potencia en hardware, telecomunicaciones y fabricación de alta tecnología, apoyada por políticas gubernamentales agresivas y un mercado interno masivo. Además, ya entró en la carrera por el espacio exterior y lo confirmaron con su misión al lado oscuro de la luna
La competencia en innovación tecnológica ha sido intensa en estos últimos años, resultando en la creación de productos que han transformado diversos sectores. Entre ellos podemos destacar:
Los auriculares inalámbricos como por ejemplo Apple AirPods Pro, que cuentan con cancelación activa de ruido y un ajuste personalizable, mejorando significativamente la experiencia auditiva y eliminando definitivamente los cables.
La Tecnología 5G, China ha dominado la infraestructura 5G gracias a Huawei, que ha desplegado redes en más de 100 países. Y fue duramente criticada por Estados Unidos, quien ha impulsado el desarrollo de chips y tecnologías complementarias, con empresas como Qualcomm para el desarrollo de telefonía celular.
En la guerra por los vehículos eléctricos tenemos dos marcas: Por un lado, tenemos a Tesla, un sedán eléctrico que ha sido pionero en hacer accesible la movilidad eléctrica de alta autonomía y rendimiento. Pero tenemos la contraparte, BYD un auto eléctrico que ha ganado reconocimiento por su eficiencia energética y tecnología avanzada, destacando en el mercado de vehículos eléctricos.
Otro ejemplo el Apple Watch que incorpora funciones avanzadas como la medición de oxígeno en sangre y un altímetro siempre activo, consolidándose como una herramienta esencial para el monitoreo de la salud. Mientras China impulsa a Xiaomi con su Mi Band que es una pulsera de actividad que ofrece monitoreo de salud y fitness a un precio accesible, popularizando el uso de dispositivos portátiles en mercados emergentes.
Pero, ¿cómo se comporta México en temas de innovación?
México ha mostrado avances significativos en el ámbito de la innovación tecnológica, aunque enfrenta desafíos en comparación con las potencias líderes. Como la falta de inversión en investigación y desarrollo (solo el 0.3% del PIB, según la OCDE) y la fuga de talentos. Sin embargo, el país ha comenzado a dar pasos importantes para posicionarse como un actor relevante en la región, aunque depende en gran medida de la exportación de materias primas con bajo valor añadido y registra pocas patentes a nivel mundial. Además, México carecía de clúster tecnológicos destacados y sus universidades no figuraban entre las más importantes globalmente en investigación aplicada. Esto se ha revertido en los últimos años, por ejemplo, en ciudades como Guadalajara y Monterrey, se han establecido clústeres tecnológicos que atraen inversión extranjera y fomentan la creación de startups.
Tenemos casos como el Nanosatélite Gxiba-1, desarrollado por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), que tiene como misión monitorear la actividad volcánica en el país, especialmente en el Popocatépetl.
En la industria automotriz, el Automóvil eléctrico, anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum, Olinia es un vehículo eléctrico económico diseñado y ensamblado en México, destinado a fortalecer la industria automotriz nacional y ofrecer una alternativa de movilidad sostenible.
México ha impulsado proyectos de energía solar y eólica, con parques como el de Villanueva en Coahuila, uno de los más grandes de América Latina.
Estos ejemplos demuestran que, aunque México enfrenta retos en su camino hacia la consolidación como líder en innovación tecnológica, existen iniciativas y proyectos que destacan por su creatividad y potencial impacto en diversos sectores.
La carrera tecnológica entre Estados Unidos y China sigue definiendo el futuro de la innovación global, con avances que impactan desde la inteligencia artificial hasta las telecomunicaciones. México, aunque aún en desarrollo, ha comenzado a mostrar potencial. Para competir a nivel internacional, estimado lector, el país necesita aumentar su inversión en investigación, retener talento y fomentar la colaboración entre el sector público y privado. El camino es largo, pero los cimientos para una economía basada en la innovación ya están puestos.