21 de noviembre de 2024 5:28 am
OPINIÓN

Los Nuevos y Mejorados Estados Unidos

"Pero sobre todo, está la preocupación sobre el estilo que Trump habrá de inyectar a su segundo periodo de gobierno. Desde el año pasado, ha dicho en diversas ocasiones que utilizaría un segundo periodo para vengarse de sus enemigos políticos..."

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Que no logró la confianza de los votantes afroamericanos. Que los universitarios y la población árabe y palestina votaron en su contra por el apoyo irrestricto del gobierno de Biden a Israel en el conflicto de Gaza. Que no pudo cambiar la percepción entre la mayoría de los latinos que el partido demócrata no se interesa por sus problemas. Cualquiera que fuera la razón, Kamala Harris sufrió una de las derrotas más dolorosas en la historia del partido demócrata, luego de que se esperaba una de las contiendas más apretadas, y deja al país dividido y a su partido sin un líder que lo revitalice.

Se espera que el resultado final muestre 312 votos electorales para Trump, contra 226 de Harris, luego de vencer en 31 estados y obtener alrededor de 73 millones de votos. Es la primera vez que Trump gana el voto popular, habiendo triunfado en los estados bisagra: Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin, Arizona y Nevada. Cabe apuntar que los últimos dos son los únicos estados en los que, hasta el miércoles en la noche, no se había dado un fallo oficial, luego de que el conteo no había superado el 95%.

Trump llega empoderado como pocos presidentes. Los resultados preliminares muestran una victoria por 3.3 puntos porcentuales, superior al margen de victoria de 2.1 que obtuvo ante Hillary Clinton en el 2016, pero menor al 4.4 con el que perdió hace cuatro años. Además, los republicanos lograron el control del Senado, sólo un milagro evitará que también controlen la Cámara de Representantes y Trump cuenta con el respaldo de la mayoría de la Suprema Corte de Justicia, la que el pasado 1 de julio dictaminó que tiene inmunidad absoluta en aquellos actos que realizó como presidente dentro del ámbito que marca la Constitución, absolviéndolo de cualquier responsabilidad por los hechos del 6 de enero del 2021 en el Capitolio.

Este 19 de noviembre, la nueva mayoría republicana en el Senado elegirá a su nuevo líder. John Corbyn (Texas) es el favorito, tanto por su trayectoria como por su trabajo reciente recaudando fondos para las campañas de diversos candidatos republicanos. Corbyn – quien tiene una buena relación con Trump, aunque no es de sus incondicionales – estuvo en México el año pasado para entrevistarse con López Obrador y considera que México es un “reto para la seguridad de Estados Unidos.” Por su parte, Mike Johnson (Luisiana) se espera que repita como speaker en la cámara baja en la elección del 3 de enero, aunque no se descarta que surja algún competidor.

El control del Senado permitirá que Trump no tenga que preocuparse al escoger a los miembros del gabinete. El Senado es responsable de la ratificación de los candidatos propuestos por el presidente para algún puesto en su gabinete, quienes habrán de laborar con nivel de subsecretario o director general, embajadores y representantes del país ante organismos internacionales. Diferencias de algunos senadores con el presidente Biden hicieron que, hasta hoy, el candidato a ser responsable del TMEC en la oficina del Representante Comercial no fuera ratificado.

Pero lo que tiene muy preocupada a mucha gente es la implementación de la plataforma política 2024 de Trump, conocida como el Proyecto 2025. Este es un documento elaborado por un grupo de funcionarios que trabajaron para el gobierno federal durante el primer periodo de Trump con la intención de restructurar el gobierno estadounidense, buscando otorgar al presidente el más amplio poder posible, de acuerdo a una interpretación al artículo dos de la Constitución.

Entre las propuestas de este documento destaca la sustitución de burócratas de afiliación demócrata por miembros del partido republicano; reducir al mínimo el presupuesto del Departamento de Justicia (DOJ), eliminar el FBI y los Departamentos de Seguridad Interna, Comercio y Educación; deportar a toda persona sin documentos o que se oponga a la ideología republicana; repatriar a la mayoría de las tropas desplegadas en el extranjero para ayudar a cuidar la frontera con México y apoyar a las tareas de deportación; y ordena al DOJ perseguir a los adversarios de Trump.

Pero sobre todo, está la preocupación sobre el estilo que Trump habrá de inyectar a su segundo periodo de gobierno. Desde el año pasado, ha dicho en diversas ocasiones que utilizaría un segundo periodo para vengarse de sus enemigos políticos y que su primer día en la Oficina Oval lo usaría para ser un dictador. Aunque su equipo de campaña dijo que estaba bromeando, pocos dudan que no lo hacía.

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