Ayrton Senna, leyenda indiscutible de la Fórmula 1, no solo dejó huella en las pistas del mundo, también en la memoria de los mexicanos gracias a un momento muy peculiar: celebró su Gran Premio número 100 con un pastel hecho por la panadería Sanborns. Este festejo tuvo lugar en 1990, cuando el piloto brasileño corrió por cuarta vez en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
La celebración fue organizada por Jo Ramírez, ingeniero mexicano y entonces coordinador de equipo en McLaren, quien además era un gran amigo de Senna. Según relató en su libro Mi vida en la Fórmula Uno, Ramírez pidió a su hermana Ana Elena encargar un pastel especial en Sanborns. El pastel incluía un dibujo del monoplaza del brasileño y el mensaje: “Gran Premio de México. ¡Felicidades Ayrton! 100 Gran Premio”.
Las fotografías del evento muestran a Senna sonriente, cortando el pastel blanco con chantilly. Sin embargo, el momento más recordado ocurrió cuando, en tono de broma, Ayrton cortó la mitad del pastel y se la lanzó a Jo Ramírez. “Esa mitad terminó en mi cabeza”, recuerda el ingeniero entre risas. Fue un instante de camaradería en medio de la intensidad de la competencia.
Senna participó siete veces en el Gran Premio de México entre 1986 y 1992. Aunque ganó solo una vez, en 1989, siempre fue una figura destacada. En su carrera número 100, celebrada en 1990, no tuvo suerte: un neumático ponchado lo obligó a abandonar. Aun así, el pastel de Sanborns y la amistad con Ramírez convirtieron ese fin de semana en una fecha inolvidable para el automovilismo mexicano.