11 de julio de 2025 8:41 am
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OPINIÓN

¿Los hombres se deben de involucrar en el feminismo?

En tiempos recientes, es muy común el que en eventos públicos o privados en los que se discute la violencia de género y feminismo como talleres, capacitaciones, conferencias o eventos, no hayan hombres, e incluso, en ocasiones sea dirigido únicamente a mujeres…

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Rodrigo Saval Pasquel

Afortunadamente para la humanidad, las mujeres cada vez cuentan con más derechos y con mejores condiciones sociales y económicas, esto gracias a las victorias que el feminismo ha ido obteniendo durante varios siglos frente a la inequidad. Aun así, todavía hay varios pendientes por atender, y varias situaciones por erradicar. No obstante, existen grupos feministas que buscan que esta lucha sea exclusiva de las mujeres. Pero ¿se debe de excluir a los hombres de estas discusiones?

Ciertos grupos feministas radicales piden la exclusión de los hombres en las marchas y en los eventos. No culpo estas acciones, pues desde hace milenios, el principal promotor del sometimiento de las mujeres ha sido el hombre. Sin embargo, esta postura no puede ser permanente si lo que se busca es llegar a una situación de equidad para todas las personas, ya que partir del hecho de que alguien es un enemigo por su condición de género, evoca el prejuicio que inicialmente ha promovido la discriminación hacia las mujeres.

Alguna vez platicando con Aurélien Guilabert —quien es activista por los derechos LGBTTTIQ+—, me comentó que el referirse a las personas LGBTTTIQ+ como comunidad es un error, puesto que mencionarlas como tal asume que el movimiento LGBTTTIQ+ es exclusivo para personas LGBTTTIQ+. Esto cuando el objetivo —por naturaleza— no es excluyente, pues más bien —por el contrario— busca la inclusión de todas las personas a la sociedad en términos de equidad, y para lograrlo necesita de aliados.

Se podría decir que el mismo enfoque debería de aplicarse en el feminismo. Claro, respetando ciertos hechos. Como el entender que un hombre jamás será capaz de entender lo que vive una mujer en carne propia, sino que únicamente podrá actuar desde la empatía. Reconocer que la lucha ha sido —históricamente— y será a favor de las mujeres, y deberá de siempre tener el liderazgo de las mismas pues la comprensión y el diagnóstico de la problemática recae principalmente en ellas. Y aunque —personalmente— creo que la participación de los hombres debe de ser activa, esta tiene que darse desde una condición de aliados y no de protagonistas.

En tiempos recientes, es muy común el que en eventos públicos o privados en los que se discute la violencia de género y feminismo como talleres, capacitaciones, conferencias o eventos, no hayan hombres, e incluso, en ocasiones sea dirigido únicamente a mujeres, y que por lo mismo, el público sean —casi exclusivamente— mujeres. Esto habla de algunos problemas que tiene el movimiento —en mi opinión—.

Si bien se está empoderando y fortaleciendo a las mujeres para reconocer e identificar violencias —lo cual es un acierto—, también de cierta forma se está evitando —involuntariamente— la prevención de la violencia, pues al mantener excluidos a los hombres, se pierde la oportunidad de educar a potenciales victimarios que en un futuro podrían actuar violentamente en contra de las mujeres por ignorancia. Por lo tanto el conocimiento de los diferentes tipos de violencia no debe de ser exclusivo para las mujeres y debe de ser una responsabilidad para todas y todos.

Al ser dirigidos únicamente a mujeres, los hombres no se sienten invitados a participar, y se pierde la oportunidad de conocer la motivación de las violencias desde el punto de vista masculino, lo cual podría ayudar a erradicarlas. Por lo mismo se sigue fomentando un círculo vicioso de desinterés.

Por esto y más invito a que se realicen talleres sobre feminismo no exclusivos para un género, sino que las convocatorias se hagan de manera abierta, pues la experiencia y participación en conjunto puede ser enriquecedora para la causa en general.

Y para concluir, también tenemos que comenzar a hablar sobre las nuevas masculinidades. Si bien lo lógico sería pensar que el machismo afecta únicamente a mujeres, la realidad es que la presión psicológica que genera es un tema que nos afecta a todas y a todos. Abramos la discusión.

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