Por Maribel Gavito
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En esta participación, deseo compartir mis costumbres y deseos acerca del año que recién acabó y para el que acaba de comenzar. Las fiestas de fin de año, incluidas las relativas a la Navidad, son una época que en lo personal disfruto, me divierto, me causan nostalgia y me agotan, a veces a tal grado que, como diría mi mamá, quisiera dormirme el 8 de diciembre y despertar el 8 de enero.
Pero para sobrellevar este tiempo donde el ánimo festivo está exaltado y el mío no
siempre sintoniza con la circunstancia, lo que he encontrado de gran ayuda es el realizar reflexiones. Puede sonar aburrido y hasta deprimente, mas al contrario, encuentro en ello un gran momento para estar conmigo misma, para agradecer, aceptar, perdonar, pedir, soltar y desear. Es un momento de conexión personal con Dios, el Universo o como prefieran llamarlo, que me llena de paz, agradecimiento y esperanza en que mejores cosas sucederán.
El año 2023 fue difícil para algunos, yo incluída. Pero en su dificultad, siempre hubo cosas que agradecer como la salud, los amigos, el cariño de personas que te ayudan a salir adelante, los hijos y su cariño, el apoyo familiar entre otros. También hubieron aprendizajes importantes que nos hicieron darnos cuenta de nuestros errores, crecer interiormente y madurar más. El aceptar la realidad de situaciones dolorosas o de cualquier otra circunstancia no es fácil, sobre todo cuando no salió como nosotros deseábamos, o cuando aquello por lo que apostamos y trabajamos duro no se logró, pero es importante aceptarlo para poder soltar todo aquello que nos duele y no nos deja avanzar.
El perdonar es un acto de amor enorme, que a quien mayor bien hace es a nosotros mismos, ya que nos libera de resentimientos y dolor. El desear es magia, es soñar y poner nuevos horizontes en nuestras vidas, nuevas metas, nuevos deseos que nos llenan de esperanza y alegría, que nos ayudan a retomar el nuevo rumbo que deseamos en nuestras vidas.
El último día del año, por medio de cartas que escribo a mano, cierro ese ciclo calendario haciendo todo lo anterior que he descrito. Primero hago una carta de agradecimiento. Soy una convencida del poder de esta acción. Dar las gracias no cuesta nada. Recordemos que todo lo que damos nos regresará multiplicado. Por eso ser amable, respetuoso, acomedido entre otras actitudes positivas ayudan a la buena convivencia con los otros tan necesaria el día de hoy.
La segunda carta que escribo es la de los deseos para el año entrante, esa especialmente está llena emoción, esperanza, alegría. Aquí todas esas intenciones y deseos me llenan también de la responsabilidad de hacer que sucedan. Al final, después de una oración las quemo y las ofrezco a Dios.
Ahora, ¿para qué te cuento todo esto? Porque quiero que tú también si lo deseas lo
hagas. Agradece todo lo bueno que tienes, agradece todo lo que aprendiste, perdona a quienes te lastimaron, pide perdón si lastimaste, suelta lo que no te deja avanzar, desea lo que quieres en tu vida para ti y los tuyos, todo eso con la finalidad de ser responsables de nuestras vidas y ver lo positivo que sí tenemos.
Te deseo que este 2024 esté lleno de las cosas que deseas, de bendiciones, que pensemos en nosotros y también en los demás, que comprendamos la importancia de nuestras decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida, que seamos responsables en todas las elecciones que hagamos, que apoyemos y participemos en lo que nos corresponde hacer y que juntos logremos un mejor planeta, mejor país, mejor vida para todos.
¡Feliz año nuevo!
