11 de septiembre de 2024 8:03 pm
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OPINIÓN

¿Puede ganar Kamala?

Kamala ha planteado su campaña como la mejor opción hacia un futuro prometedor. Sin embargo, y a pesar de su enorme carisma personal, aún tiene que definir muchas áreas de su plataforma política.

Luego de que el presidente Biden renunciara a la candidatura presidencial por el partido demócrata este domingo 21, nadie esperaba el abrumador apoyo que recibió la vicepresidenta Kamala Harris. Aunque Biden no endosó inmediatamente a quien fuera senadora por California, para la noche del martes 23 ya contaba con el apoyo de más de los 1,976 delegados que necesitaba para hacer oficial su candidatura en la convención del partido demócrata -a celebrarse en Chicago a partir del 19 de agosto- y que hasta entonces apoyaban al presidente.

Desde entonces, la campaña ha tomado un vuelco inesperado: los demócratas han recibido casi 200 millones de dólares en donaciones, la mayoría de jóvenes que seguramente votarán por primera o segunda ocasión en noviembre, y que se suman a los 280 millones de dólares con que contaba la candidatura de Biden-Harris. Las donaciones de campaña son legales en Estados Unidos, en tanto que los candidatos no reciben apoyo financiero del gobierno. Además, más de 190,000 personas se han unido a la campaña como voluntarios y estos momentos ya nadie recuerda el atento en contra de Trump.

El efecto más importante de la candidatura de Kamala se ha notado en las encuestas, las que muestran una diferencia de dos puntos en favor de Trump, cuando hasta antes de la convención del partido republicano le daban una ventaja de seis puntos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la elección la gana quien obtenga por lo menos 270 de los 538 votos electorales, lo que no necesariamente implica tener la mayoría del voto popular, como le sucedió a Al Gore en el 2000 y a Hilary Clinton en 2016, ambos candidatos demócratas.

Las proyecciones más recientes indican que Trump obtendría 251 votos electorales y Kamala 226 con cierta certeza, lo que implica que hay 61 votos en siete estados que están en el aire. De estos, Kamala tiene ventaja en Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, los que representan 42 de los 44 votos que necesita, mientras que Trump tiene ventaja en Pensilvania y Carolina del Norte, que representan 35 de los 19 votos que le faltan. En Georgia, que representa 16 votos electorales, las encuestas muestran un empate, por lo que Kamala necesitaría ganar Georgia y Pensilvania.

Hay varios factores que determinarán al ganador en noviembre. Uno de ellos será el desempeño en el debate presidencial, agendado para el 10 de septiembre, y al que Trump ha dicho quiere que en lugar de la ABC sea FOX quien lo trasmita. Además, está también por definirse un debate entre los candidatos a la vicepresidencia.

La elección del vicepresidente es más importante de lo que parece para la campaña, pues sirve para atraer a ciertos grupos de votantes. Lejos de generar mayor apoyo, el senador JD Vance, quien fue elegido por Trump, ha hecho declaraciones que no han caído bien entre los republicanos. Por su parte, el senador de Arizona Mark Kelly y el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, suenan como los candidatos más fuertes para acompañar a Harris. El otro es el actual Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, considerado por muchos el mejor comunicador de los tres, pero que al ser gay podría alejar a los votantes más conservadores.

Otro factor son las decisiones de gasto en publicidad en cada estado. Los demócratas se encuentran esta vez en una posición financiera envidiable, pues además de los fondos recibidos, hay un grupo de inversionistas en alta tecnología que se hace llamar VCs for Kamala, que podría aportar otros 50 millones de dólares y que incluye a Reid Hoffman, fundador de Linkedin, entre otros. Esto le permitirá a Harris incrementar aún más su gasto en publicidad en más de la mitad del territorio estadounidense.

Finalmente, están las declaraciones de ambos candidatos. El equipo de Trump aún no ha decidido cómo enfrentar a Harris y ha recurrido a insultos y declaraciones falsas. Y ambos candidatos saben de la importancia de la participación de los votantes el día de la elección. Los demócratas no olvidan que uno de los factores por los que perdió Hilary Clinton fue que las encuestas indicaban que tenía tal ventaja, que muchas personas no votaron ese día.

Kamala ha planteado su campaña como la mejor opción hacia un futuro prometedor, a pesar de ser una mujer afro-americana y sin romper con el legado de Biden para no perder votos, en la que será una de las elecciones más cerradas en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de su enorme carisma personal, aún tiene que definir muchas áreas de su plataforma política.

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