25 de junio de 2024 8:28 pm
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OPINIÓN

Dinero, una maravilla

El dinero no es, como piensan algunos, un mal, sino una de las herramientas más maravillosas con las que contamos los seres humanos, que satisface la necesidad básica que tenemos de superar las limitaciones del trueque...

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Por Arturo Damm Arnal


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No es la primera vez que escribo sobre el dinero. Lo vuelvo a hacer motivado por una plática que tuve hace un par de días con algunos conocidos, uno de los cuales afirmaba que el dinero es un mal y que estaríamos mucho mejor sin él, lo cual no es cierto. Para comprobarlo imaginemos qué pasaría si uno de esto días amanecemos sin dinero, sin billetes y sin monedas, por lo que chequeras, tarjetas de crédito y de débito, y cualquier otro instrumento financiero, saldrían sobrando.

Si el dinero llegara a desaparecer la gran mayoría de los intercambios comerciales que realizamos habitualmente desaparecerían con él, y nuestro nivel de bienestar, que depende en buena medida de la cantidad de intercambios que realizamos (a mayor cantidad mayor bienestar y viceversa), se vería seriamente afectado. Si el dinero desapareciera, y con él los intercambios indirectos (tanto vino por tanto dinero y tanto dinero por tanto pan), y tuviéramos que limitarnos al trueque (tanto vino por tanto pan), ¿cuántos de los intercambios comerciales que realizamos a lo largo de un día podríamos seguir realizando? Muchos menos de los que, gracias al dinero, llevamos a cabo. Tal vez, bien vistas las cosas, ¡ninguno!

El dinero, que es cualquier cosa que los agentes económicos acepten como medio de intercambio (desde sal hasta criptomonedas), por lo que no hay nada que por su propia naturaleza sea dinero (depende de la aceptación de la gente), es una herramienta maravillosa (y como tal sin ninguna connotación ética o moral), que nos permite superar las limitaciones del trueque y realizar muchos más intercambios comerciales de los que realizaríamos si no contáramos con él, con el consecuente aumento en nuestro nivel de bienestar, que es el fin de la economía.

Gracias al dinero podemos realizar más intercambios comerciales de los que realizaríamos si no contáramos con él y tuviéramos que limitarnos al truque, más intercambios que multiplican la división del trabajo, con los beneficios que ello trae consigo en materia de productividad y de producción, producción relacionada con la creación de empleos y la generación de ingresos, condiciones del bienestar, tema del capítulo primero, cuyo título es De la división del trabajo, del libro primero, cuyo título es De las causas del progreso en la capacidad productiva del trabajo y de la forma en que su producto se distribuye naturalmente entre las distintas clases del pueblo, del libro de Adam Smith, de 1776, Una investigación acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, una de las obras clásica (¿la más importante?), de la historia del pensamiento económico.

El dinero no es, como podría pensarse, riqueza, sino el medio de intercambio de la riqueza, misma que consiste, como lo aclara Adam Smith al analizar la naturaleza de la riqueza, en los bienes y servicios con los que satisfacemos nuestras necesidades.

El dinero no es, como piensan algunos, un mal, sino una de las herramientas más maravillosas con las que contamos los seres humanos, que satisface la necesidad básica que tenemos de superar las limitaciones del trueque, y poder realizar más intercambios, y poder multiplicar la división del trabajo, incrementando la productividad y aumentando la producción, todo a favor del bienestar de las personas, que es el fin de la economía.

El dinero es una maravilla.

Artículo originalmente publicado en https://www.razon.com.mx/

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