Georgia, una pequeña nación en el Cáucaso, ha emergido como un importante centro de exportación de automóviles usados, muchos de los cuales llegan desde Estados Unidos. Estos vehículos, en su mayoría accidentados y dados de baja por aseguradoras, son reparados y puestos a la venta. Aunque oficialmente la exportación de autos a Rusia está prohibida desde la invasión de Ucrania en 2022, las lagunas legales permiten que algunos vehículos terminen en territorio ruso.
En Rustavi, una ciudad industrial cercana a Tbilisi, miles de autos, incluidos Mercedes, Porsche y Tesla, se encuentran en vastos estacionamientos. David Gulashvili, director ejecutivo adjunto de Caucasus Auto Import, afirmó que su empresa ha dejado de comerciar con Rusia desde el inicio de la guerra. Sin embargo, la falta de mecanismos para rastrear el destino final de los autos reexportados ha permitido que muchos vehículos terminen en países como Kazajstán, Kirguistán y Armenia, los cuales tienen acuerdos aduaneros con Rusia.
Las cifras oficiales muestran un aumento significativo en la exportación de vehículos a Kazajstán, lo que sugiere que muchos autos están siendo llevados a Rusia de manera indirecta. En 2023, más de 39.000 autos fueron enviados desde Georgia a Kazajstán, comparado con solo 7.352 en 2022.
El éxito del mercado automotriz en Georgia no solo se debe a su ubicación estratégica entre Europa y Asia, sino también al bajo costo de reparación. Los autos dañados en EE.UU. que serían demasiado costosos de restaurar allí, pueden ser reparados en Georgia a una fracción del costo, lo que mantiene activo este lucrativo negocio.
