Singapur ha sido reconocida como la sexta «zona azul» del mundo, un término que identifica regiones donde las personas viven más y en mejor estado de salud. En las últimas décadas, la esperanza de vida en este país asiático ha experimentado un salto significativo, pasando de 65 años en 1960 a más de 86 años en la actualidad. Este notable incremento ha sido impulsado en gran parte por las políticas gubernamentales orientadas a la salud pública y la promoción de hábitos saludables entre sus ciudadanos.
Entre las claves del éxito de Singapur en longevidad se encuentran los estrictos controles sobre el tabaco y el alcohol, la implementación de programas de etiquetado nutricional, y el fomento de una dieta más saludable, según Firdaus Syazwani, un experto local en temas de salud. A pesar de la predilección de la cocina local por ingredientes ricos, las iniciativas de la Junta de Promoción de la Salud han generado un cambio positivo en los hábitos alimentarios de los residentes.
Además de las políticas sanitarias, la infraestructura verde de la ciudad ha jugado un papel importante en la calidad de vida de los singapurenses. El diseño urbano de Singapur, que integra parques y jardines en su paisaje, ha sido elogiado a nivel mundial. Espacios como el Jardín Botánico y el East Coast Park no solo ofrecen áreas recreativas, sino que también fomentan la actividad física y la cohesión social, factores cruciales para una vida longeva y saludable.
No obstante, vivir en Singapur tiene su precio. Con un costo de vida elevado, el país es considerado uno de los más caros del mundo. Sin embargo, su estabilidad política, economía próspera y diversidad cultural hacen de Singapur un lugar atractivo tanto para los residentes como para los expatriados.
